El peneca Zig Zag nº 1933

EL PENECA ZIG ZAG Nº 1933
Santiago de Chile, 29-XII-1945.
Cortesía de Elías Luna.
Muchas gracias

EL PENECA ES TAMBIÉN POESÍA


INFANCIA
Primavera de los niños , sueño azul de la vejez ,
eres lumbre orientadora al camino de la fe.
Eres vida de la vida , esperanza en porvenir ,
Eres savia del arbusto que jamás ha de morir .
Eres dicha de un pasado que hoy añoro con fervor , Porque ha sido compañero de mi tierno corazón . Francisco Isla S.

ALEGRÍA En este camino claro
Que tiene ríos de sol ,
Hay nuevas luces que danzan ,
hay nuevo aroma que estalla
como un cáliz de azucena .
Es el mundo que renueva su gran cosecha de flores ;
es el aire que derrama nuevo canto de alegría .
Es el hombre que presencia el renacer de su vida .
Un año nuevo comienza ; Y entre sones de campanas , cada corazón sombrío canta su azul esperanza .
¿ Que el año nuevo comience con la bendición de Dios ! R. Vilón

El peneca Zig Zag nº 1948

El peneca Zig Zag nº 1948
Santiago de Chile, 13-IV-1946
Cortesía del señor Elías Luna.

Puerto de Iquique , oloroso a floripondio y a peces,
caserío de madera junto a los besos del mar.
Es tierra de viento músico y eterno conservador ,
viajero que va pasando, y no acaba de pasar.
Acurrucadito existe entre cerros color sal,
tostándose bravamente de obrero o de pescador;
blanco salitre lo cruza para el Norte o para el Sur
y rebalsa de mañana pescado multicolor .
Con playas albas recibe un verde y lento olear .
Con limoncitos y plátanos pinta y aroma su faz .
Puerto del norte existiendo calladamente, y acaso
el más sencillo entre todos los puertos de mi país ,
oloroso a floripondio y con corazón de mar.
Amanda de González (Chile)

El peneca Zig Zag nº 1951

El peneca Zig Zag nº 1951
Santiago de Chile , 4-Mayo-1946
Cortesía del señor Elías Luna. Muchas gracias
.
Caminar sobre alfombras doradas ,
entre nubes de polvo rojizo .
Los cabellos al viento tendidos ,
bajo un cielo color de jacinto.
Caminar sobre senderos de otoño ,
sobre musgos de bronce teñidos ,
las pupilas tranquilas de ensueño ,
aflorando un poema bendito.
Escuchar aquel dulce gemido ,
esa queja crujiente, angustiosa,
que semeja a un suspiro de niño .
¡ Ese suave morir de las hojas !
Yazmina.

El peneca Zig Zag nº 1957

El peneca Zig Zag nº 1957
Santiago de Chile ; 15-VI-1946
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias.


Lautaro permaneció inmóvil . Sentía la invalidez de su brazo y de todo el costado izquierdo de su cuerpo . La sangre manaba , caliente y espesa , mezclándose con la tierra húmeda . El herido cerró los ojos , sintiendo sobre sus párpados la suave luminosidad de las estrellas .
Aquella noche tan antigua estaba cargada con la fragancia de los naranjos . Lautaro sintió que su conciencia se diluía en un pesado letargo . Pero , en aquel instante , una mano pequeña y suave se detuvo sobre su pecho y rozó después su frente. El joven indio sintió que era acariciado por primera vez en su vida . La piadosa mano se deslizó por sus cabellos en un gesto de ternura y luego presionó contra la herida una tela suave y absorbente que contuvo la sangre .

El peneca Zig Zag nº 1967

El peneca Zig Zag nº 1967
Santiago de Chile , 24-VIII-1946
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias y Feliz Navidad
.

Lautaro era una flecha delgada.
Elástico y azul fue nuestro padre.
Fue su primera edad sólo silencio.
Su adolescencia fue dominio.
Su juventud fue un viento dirigido.
Se preparó como una larga lanza.
Acostumbró los pies en las cascadas.
Educó la cabeza en las espinas.
Ejecutó las pruebas del guanaco.
Vivió en las madrigueras de la nieve.
Acechó las comidas de las águilas.
Arañó los secretos del peñasco.
Pablo Neruda

INQUIETUDES DE NIÑO
Pajarito que tus cantos
alegraban la mañana ,
esparciendo tu encanto
a través de la ventana.
¿ Dónde estás que no te veo ?
¿ has huido del invierno ?
¡ Ya mi oído no recreo
con tu trino dulce y tierno !
¿ Me arrullarás nuevamente
cuando esté la primavera
muy cercana a retornar ?
¿ Tus gorjeos armoniosos
podrán mis penas calmar ?
Yo te espero, pajarito,
no demores, te lo pido .
No demores en venir.
LUMS

El peneca 1931



El peneca Zig Zag nº 1931
Cortesía de Elías Luna.
Muchas gracias .

El peneca. Entre la realidad y la ficción Porque la vida real, la vida verdadera, nunca ha sido ni será bastante para colmar los deseos humanos. Y porque sin esa insatisfacción vital que las mentiras de la literatura a la vez azuzan y aplacan, nunca hay auténtico progreso. La fantasía de que estamos dotados es un don demoníaco. Está continuamente abriendo un abismo entre lo que somos y lo que quisiéramos ser, entre lo que tenemos y lo que deseamos. Pero la imaginación ha concebido un astuto y sutil paliativo para ese divorcio inevitable entre nuestra realidad ' limitada y nuestros apetitos desmedidos: la ficción. Gracias a ella somos más y somos otros sin dejar de ser los mismos. En ella nos disolvemos y multiplicamos, viviendo muchas más vidas de la que tenemos y de las que podríamos vivir si permaneciéramos confinados en lo verídico, sin salir de la cárcel de la historia. Los hombres no viven sólo de verdades; también les hacen falta las mentiras: las que inventan libremente, no las que les imponen; las que se presentan como lo que son, no las contrabandeadas con el ropaje de la historia. La ficción enriquece su existencia, la completa, y, transitoriamente,los compensa de esa trágica condición que es la nuestra: la de desear y sofiar siempre más de lo que podemos realmente alcanzar.

El peneca 1906



El peneca Zig Zag nº 1906
Santiago de Chile , 23-VI-1945
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias.

El peneca. La ficción como refugio y apoyo.
¿ Qué confianza podemos prestar, pues, al testimonio de las obras literarias sobre la sociedad que las produjo? Eran esos hombres así? Lo eran, en el sentido de que así querían ser, de que así se veían amar, sufrir y gozar. Esas obras no documentan sus vidas sino los demonios que las soliviantaron, los sueños en que se embriagaban para que la vida que vivían fuera más llevadera. Una época no está poblada únicamente de seres de carne y hueso; también, de los fantasmas en que estos seres se mudan para romper las barreras que los limitan y los frustran. La ficción en una obra menor literaria como El peneca no es tampoco gratuita , ya que llenan las insuficiencias de la vida. Por eso, cuando la vida parece plena y absoluta y, gracias a una fe que todo lo justifica y absorbe, los hombres se conforman con su destino, la literatura y su lectura no suelen cumplir servicio alguno. Las culturas religiosas producen poesía, teatro, rara vez grandes novelas. La ficción es un arte de sociedades donde la fe experimenta alguna crisis, donde hace falta creer en algo, donde la visión unitaria, confiada y absoluta ha sido sustituida por una visión resquebrajada y una incertidumbre creciente sobre el mundo en que se vive y el trasmundo. Además de amoralidad, en las entrañas de las libros, revistas , historietas, anida cierto escepticismo. Cuando la cultura religiosa entra en crisis, la vida parece escurrirse de los esquemas, dogmas, preceptos que la sujetaban y se vuelve caos: ése es el momento privilegiado para la ficción. Sus órdenes artificiales proporcionan refugio, seguridad, y en ellos se despliegan, libremente, aquellos apetitos y temores que la vida real incita y no alcanza a saciar o conjurar. La ficción es un sucedáneo transitorio de la vida. El regreso a la realidad es siempre un empobrecimiento brutal: la comprobación de que somos menos de lo que soñamos. Lo que quiere decir que, a la vez que aplacan de forma transitoria la insatisfacción humana, las ficciones también la azuzan, espoleando los deseos y la imaginación .
Mario Vargas Llosa.

El peneca 1898




El peneca Zig Zag nº 1898
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchasgracias.

El peneca. Alivio y nostalgia del ser.
En la obra literaria, ya se trate de un género mayor como la novela , o de un género menor como len la revista El peneca , la vida es una ficción , un simulacro en el que aquel vertiginoso desorden se vuelve orden: organización, causa y efecto, fin y principio. La soberanía de una obra literaria no resulta sólo del lenguaje en que está escrita. También, de su sistema temporal, de la manera como discurre en ella la existencia: cuándo se detiene, cuándo se acelera y cuál es la perspectiva cronológica del narrador , del guionista y dibujante para describir ese tiempo inventado. Si entre las palabras y los hechos hay una distancia, entre el tiempo real y el de una ficción hay siempre un abismo. El tiempo literario es un artificio fabricado para conseguir ciertos efectos psicológicos. En el peneca se dan esas transposiciones del tiempo , en él el pasado puede ser posterior al presente -el efecto preceder a la causa , como en ese relato de Alejo Carpentier, Vide a la semilla, que comienza con la muerte de un hombre anciano y continúa hasta su gestación, en el claustro materno; o ser sólo pasado remoto que nunca llega a disolverse en el pasado pr6ximo desde el que narra el narrador, como en la mayoría de las novelas clásicas; o ser eterno presente sin pasado ni futuro, como en las ficciones de Samuel Beckett; o un laberinto en que pasado, presente y futuro coexisten, anulándose, como en El sonido y la furia, de Faulkner. .Las historias literarias tienen principio y fin y, aun en las más informes y espasmódicas, la vida adopta un sentido que podemos percibir porque ellas nos ofrecen una perspectiva que la vida verdadera, en la que estamos inmersos, siempre nos niega. Ese orden es invención, un añadido del escritor , simulador que aparenta recrear la vida cuando en verdad la rectifica. A veces sutil, a veces brutalmente. Esa es la verdad que expresan las mentiras de las ficciones: las mentiras que somos, las que nos consuelan y desagravian de nuestras nostalgias y frustraciones. ¿ Qué confianza podemos prestar, pues, al testimonio de las obras literarias sobre la sociedad que las produjo? Eran esos hombres así? Lo eran, en el sentido de que así querían ser, de que así se veían amar, sufrir y gozar. Esas mentiras no documentan sus vidas sino los demonios que las soliviantaron, los sueños en que se embriagaban para que la vida que vivían fuera más llevadera. Una época no está poblada únicamente de seres de carne y hueso; también, de los fantasmas en que estos seres se mudan para romper las barreras que los limitan y los frustran. Las mentiras de las novelas no son nunca gratuitas.

El peneca Zig Zag nº 1859


El Peneca Zig Zag nº 1859
Cortesía de Elías Luna.
Santiago de Chile, 29 de Julio de 1,944


El peneca y el límite de la palabra .
Un sentimiento de alivio, de desahogo y libertad absoluta se experimenta al abrir las páginas de El peneca ; atrás queda la vasta soledad anterior del lector donde el hombre vive , con los granos de arena que golpean el rostro en el silencio del desierto. Allí donde el lenguaje es potente, capaz de acceder a una realidad más plena, aparece el narrador como lugar inteligente , trono de la conciencia y del pensamiento. Y aunque se trata de una sencilla revista literaria, el lector de El Peneca en contacto con su literatura se funde con su verbo , con el magnetismo que éste libera. La catarsis de un lector sentado plácidamente en su butaca, ser catasténico , sedentario, motor inmóvil que se deja llevar , fusionar con la seducción, el hipnotismo de la palabra escrita. Sobrecoge la sencillez , la honestidad de los textos escritos ya hace tantos años ,autodescubrimiento que el lector experimenta en la fusión con las sencillas narraciones y que suponen respuestas de una mente acogotada por este mundo tecnológico. El Peneca expresa su magia no ya a través de conceptos y abstracciones, sino por medio de sensaciones. La comunión del lector con la palabra escrita se asemeja al pasaje de Saint Exupéry en el que el piloto y la tormenta se vuelven uno . Esa experiencia , esa invitación donde la palabra escrita ya no sirve, es algo muy personal , trasciende al texto, ese campo imaginativo que el texto no contiene : el piloto se ha fundido con la potencia vital de la tormenta; vitalidad que no podrá ser plasmada en ninguna frase o relato, porque las palabras suponen una petrificación de la experiencia; no son ya la fuerza en acto de lo vivido, las palabras son el recuerdo ordenado de la permanente metamorfosis del espíritu.

El peneca Zig Zag nº 1861


El Peneca Zig Zag nº 1861
Santiago de Chile , 12 de Agosto de 1944
Cortesía del señor Elías Luna.




El peneca y el poder órfico. Acercar lo lejano y alejar lo cercano es el hecho íntimo que se produce al zambullirse en la lectura . El poder órfico nos acerca los personajes ficticios, gentes de alma perdida como elfos, duendes, hadas y nos aleja lo seres o cosas ingratas de nuestra vida rutinaria.
Los cuentos hablan de un tiempo en que el mundo, cada árbol, cada piedra, tenía una presencia tan singular como indescifrable. De un mundo habitado, sí, pero también abierto y ajeno. Toda la naturaleza está llena de gente invisible. Algunos de ellos son feos y grotescos; otros, traviesos o malintencionados , muchos tan hermosos como nadie haya jamás soñado, y los hermosos no andan lejos de nosotros cuando caminamos por lugares espléndidos y en calma. Como nadie haya jamás soñado. Pero ¿cómo podemos imaginar lo que nunca se vio ni pudo, por tanto, soñarse? Tenemos que instalarnos en el corazón de las cosas. Pero, ¡ojo!, "esconderse allí es temblar, / los cuernos de los cazadores resuenan / en el bosque congelado. / Pero el vacío es calmoso, / lo podemos atraer con un hilo / e inaugurarlo en la insignificancia". Las palabras y las criaturas de los cuentos son ese hilo. Nos prometen la compañía insuperable, la conversación en una gruta del bosque, el juego en el río con los seres de las corrientes, el encuentro con los elfos de la luz, que son las criaturas más delicadas que existen. . Son los descendientes de aquellos niños que Eva escondió de la mirada de Dios: un pueblo perdido que siguiera buscando en el mundo un lugar donde quedarse. Les gusta estar a nuestro lado y asistir a nuestras locuras, como si guardáramos algo precioso que somos los primeros en desconocer. De ese pueblo de almas perdidas hablan todos los cuentos que existen. Pobre del que no se detenga a escucharlos: nunca tendrá nada interesante que contar a los demás.

El peneca Zig Zag nº 1863


El peneca Zig Zag nº 1863
Santiago de Chile , 26 de Agosto de 1944. Cortesía de Elías Luna.
Muchas gracias.


El peneca y la simplicidad de las cosas .

El cambio es siempre cambio. Ninguna vida nueva ocupa viejos cuerpos. Los cuerpos viejos se pudren. La vida es lo que nace, crece y florece. Los hombres intentan reanimar patéticamente lo antiguo, y por eso lo toleran y soportan. ¿Por qué limitarnos a embalsamar? ¡Abandonemos ya los ungüentos y los sudarios, y vayamos en busca de un cuerpo naciente! En las antiguas catacumbas de Egipto podemos comprobar el resultado de tal experiencia. No ignoramos su fin. Creo en la simplicidad. Es asombroso y triste ver cómo hasta el hombre más sabio ocupa sus días en asuntos triviales, creyéndose obligado a relegar a último término cuestiones más importantes. Si un matemático desea resolver un problema difícil, comienza por despojar a la ecuación de toda dificultad, reduciéndola a su más simple expresión. Simplifiquemos el problema de la existencia, y distingamos lo necesario de lo real. Sondeemos la tierra para ver dónde corren nuestras raíces-madres. Yo quisiera basarme siempre en los hechos. ¿Por qué no ver, por qué no servirnos siempre de nuestros propios ojos? ¿O es que los hombres no saben ni conocen nada? Sé de muchas personas, difíciles de ser engalladas en asuntos comunes, muy recelosas de una mala jugada, que disponen mesuradamente de su dinero y saben como gastarlo, que gozan fama de cautos y listos, y que sin embargo consienten en pasarse gran parte de su existencia como cajeros entre las cuatro paredes de un banco, hombres que hoy brillan un poco, para enmohecerse mañana y finalmente desaparecer. Si son realmente capaces, ¿por qué hacen lo que están haciendo? ¿Saben bien lo que es el pan, y para qué sirve? ¿Tienen noción del valor y significado de la vida? Porque si supieran algo, ¡qué pronto olvidarían lo que ahora les interesa!

(THOREAU)

El peneca Zig Zag nº 1865


El Peneca Zig Zag nº 1865
Santiago de Chile , 9-IX-1944
Cortesía del Señor Elías Luna.




El peneca como reencuentro con el pasado .
¡Adiós mis amigos! Mi camino desciende por aquí en la montaña, por otro lado el de ustedes. Desde hace tiempo los veo cada vez más lejos de mí. Un día desaparecerán del todo. De aquí a poco tiempo mi senda me parecerá solitaria sin su compañía. Las praderas serán landas estériles. No cesa de palidecer mi recuerdo. El camino que recorro se estrecha y endurece, la noche está cada vez más próxima. Pero en el porvenir, nuevos soles se alzarán, llanuras inesperadas se extenderán ante mí, y hallaré nuevos peregrinos que tendrán en sí la virtud que descubrí en ustedes, que serán ellos mismos la virtud que eran ustedes. Me someto a esta saludable y eterna ley, que reinaba en aquella primavera en que los conocí, que reina en esta primavera en que me parece que los pierdo. Amigos de antaño, vuelvo a visitarlos como quien marcha entre las columnas de un templo en ruinas. Ustedes pertenecen a una época, a una civilización, a una gloria, hace tiempo extintas. Sus armoniosas líneas aún se distinguen, a pesar de las convulsiones sufridas y de los chacales que rondan las ruinas.
Vengo a reencontrar el pasado, a descifrar sus inscripciones, los jeroglíficos, los manuscritos sagrados. Ya no encarnamos mucho nuestro yo antiguo. El amor es una sed que nada sacia. Bajo la corteza más grosera se oculta la carne más delicada. Si deseas comprender a un amigo, aprende a leer a través de una materia más opaca y espesa que el cuerno. Si deseas comprender a un amigo, todos los idiomas te resultarán fáciles. El enemigo se descubre. Hay en él una amenaza de guerra. En cambio el amigo no descubre jamás su afecto. Advierto una vez más la ventaja que tiene para el poeta, para el filósofo, para el naturalista y para todos nosotros, entregarnos de tiempo en tiempo a una ocupación diferente de nuestra ocupación habitual, y mirar, por así decir, de soslayo a las cosas. El poeta tendrá así visiones que ninguna inspiración voluntaria haría nacer. El filósofo deberá admitir principios que no le habrían revelado largos estudios y el mismo naturalista posaría su vista sobre una flor desconocida o sobre un animal imprevisto y nuevo.

El peneca Zig Zag nº 1868


El peneca Zig Zag nº 1868
Santiago de Chile, 30-IX-1944
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias.
El peneca y lo imprescindible .
A Jean Cocteau le preguntaron en una entrevista : " ¿ Qué es lo que usted salvaría del Louvre en el caso de que se declarase un incendio y sólo pudiera salvar una única cosa ? " . El escritor francés respondió sin vacilar : " El fuego " .">Exactamente la misma respuesta daría yo si se me preguntara que salvaría de las revistas culturales de Chile : " El peneca " . Y es que El peneca tiene los atributos del fuego . Sabemos que ha sido un objeto de consumo , de combustión, pero comparten algo que desborda cualquier definición personal : hay en ellos un fondo insondable , una constante referencia a lo misterioso y trascendente , un simbolismo secular , razón por la que ambos siguen manteniendo intacto su hechizo a lo largo de los años . La lectura actúa como el fuego ancestral de las guaridas y cuevas de nuestros antepasados : nos defiende del frío, y también de las " fieras " humanas ", de los monstruos y fantasmas que engendra la oscuridad de la noche. Ambos aplacan el miedo humano a lo desconocido, a lo invisible, el temor a esas vagas amenazas que anidan en las tinieblas de nuestra mente . La luz que genera el fuego ahuyenta a las sombras, devuelve a las cosas, a nuestras inquietudes de cada día sus verdaderas dimensiones , su condición de objetos domésticos e inofensivos.
El peneca, llama vacilante, humilde, alimentada con sencillos relatos, ramas secas con aceite ,lumina la vida de su lector, lo libera de las inflexibles leyes de la luz solar ,permitiendo extender su dominio hacia lo desconocido.

El peneca Zig Zag nº 1873


El peneca Zig Zag nº 1873
Santiago de Chile, 4- XI-1944
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias. Un abrazo.



El peneca y la memoria en la fantasía lectora .
«Las cosas no son como las vemos sino como las recordamos », escribió Valle Inclán. Se referia sin duda a cómo son las cosas en la literatura, irrealidad a la que el poder de persuasión del buen escritor y la credulidad del buen lector . Para casi todos los escritores, la memoria es el punto de partida de la fantasia, el trampolín que dispara la imaginación en su vuelo impredecible hacia la ficción. Recuerdos e invenciones se mezclan en la literatura de creación de manera a menudo nextricable para el propio autor, quien, aunque pretenda lo contrario, sabe que la recuperación del tiempo perdido que puede llevar a cabo la literatura es siempre un simulacro, una ficción en la que lo recordado se disuelve en lo sofiado y viceversa. Por eso la literatura es el reino por excelencia de la am bigüedad. Sus verdades son siempre subjetivas, verdades a medias, relativas, verdades literarias que con frecuencia constituyen inexactitudes flagrantes o mentiras históricas. Aunque la cinematográfica batalla de Water100 que aparece en Los miserables nos exalte, sabemos que ésa fue una contienda que libró y ganó Victor Hugo y no la que perdió Napoleón. O, para citar un clásico valenciano medieval, la conquista de Inglaterra por los árabes que describe el Tirant lo Blanc es totalmente convincente y nadie se atrevería a negarle verosimilitud con el mezquino argumento de que en la historia real jamás un ejército árabe atravesó el Canal de la Mancha.

La verdad de las mentiras por M. Vargas Llosa.

El peneca Zig Zag nº 1693




El peneca Zig Zag nº 1693
Santiago de Chile 24- V- 1941
Cortesía del señor Elías Luna.

EL PENECA . Entre la ficción y la realidad.
El peneca , como acto literario participa de ella en esa dicotomia o simbiosis- según como se vea - de ficción y relidad , de verdad y mentira .Este es un aspecto de la historia. La otra es que, mintiendo, expresan una curiosa verdad, que sólo puede expresarse disimulada y encubierta, disfrazada de lo que no es. Dicho así, esto tiene el semblante de un galimatías. Pero, en realidad, se trata de algo muy sencillo, Los hombres no están contentos con su suerte y casi todos -ricos o pobres, geniales o mediocres, célebres u oscuros- quisieran una vida distinta de la que viven. Para aplacar -tramposamente- ese apetito nacieron las ficciones. Ellas se escriben y se leen para que los seres humanos tengan las vidas que no se resignan a no tener. En el embrión de toda novela bulle una inconformidad, late un deseo.¿ Significa esto que la novela es sinónimo de irrealidad?¿Que los introspectivos bucaneros de Conrad, los morosos aristócratas proustianos, los anónimos hombrecillos castigados por la adversidad de Franz Kafka y los eruditos metafísicos de los cuentos de Borges nos exaltan o nos conmueven porque no tienen nada que hacer con nosotros, porque nos es imposible identificar sus experiencias con las nuestras? Nada de eso. Conviene pisar con cuidado, pues este camino -el de la verdad y la mentira en el mundo de la ficción- está sembrado de trampas y los invitadores oasis que aparecen en el horizonte suelen ser espejismos.
Mario Vargas LLosa.

El peneca Zig Zag nº 1893






Santiago de Chile, 24-III-1945

EL PENECA. Entre la realidad y la ficción.
De una manera menos cruda y explícita, y también menos consciente,toda obra literaria, aun en grado menor como El peneca , rehacen la realidad -embelleciéndola o empeorándola. En esos sutiles o groseros agregados a la vida -en los que el escritor materializa sus secretas obsesiones- reside la originalidad de una ficción.Ella es más profunda cuanto más ampliamente exprese una necesidad general y cuantos más sean, a lo largo del espacio y del tiempo, los lectores que identifiquen, en esos contrabandos filtrados a la vida, los oscuros demonios que los desasosiegan. " Esa aburrida proeza de sólo narrar hechos ciertos y describir personajes cuyas biografías se ajustaban como un guante a las de sus modelos, mis novelas no hubieran sido, por eso, menos mentirosas o más ciertas de lo que son. Porque no es la anécdota lo que en esencia decide la verdad o la mentira de una ficción. Sino que ella sea escrita,no vivida, que esté hecha de palabras y no de experiencias concretas. Al traducirse en palabras, los hechos sufren una profunda modificación. El hecho real -la sangrienta batalla en la que tomé parte, el perfil gótico de la muchacha que amé- es uno, en tanto que los signos que podrían describirlo son innumerables. Al elegir unos y descartar otros, el novelista privilegia una y asesina otras mil posibilidades o versiones de aquello que describe: esto, entonces, muda de naturaleza, lo que desde se convierte en lo desmyo. irreconocibles y notoriamente inexistentes, no se plantea siquiera el cotejo entre la realidad y la ficción. Enverdad, sí se plantea, aunque de otra manera. La ((irrealidad » de la literatura fantástica se vuelve, para el lector, símbolo o alegoría, es decir, representación de realidades, de experiencias que si puede identificar en la vida. Lo importante es esto: no es el carácter «realista» o «fantástico» de una anécdota lo que traza la línea fronteriza entre verdad y mentira en la ficción. "
Mario Vargas Llosa

La Chiva nº 05









Cortesía de Luis QT

La Chiva nº 08


Revista La Chiva nº 08
Cortesía de Luis Q.T
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El espíritu de colaboración se expresa también en la creación de una historieta colectiva. Hay cuadros de Lo Chamullo realizados a ocho manos donde cada uno dibuja un detalle poniendo su impronta. Esta forma de trabajo ya la habían experimentado Alberto Vivanco, Palomo y Hervi en El Pingüino ilustrando historietas propias y guiones del notable Héctor Oesterheld (posteriormente asesinado por la dictadura argentina). Otra forma de colaboración es el reemplazo en la realización de las tiras cómicas cuando, por alguna razón, su autor no podía hacerlo. Es el caso de Lolita de Alberto Vivanco continuada por Ric, y de Artemio hecho por Hervi a raíz de un viaje de Pepe Huinca. Materialmente La Chiva, que alcanzó a publicar 50 números, no podía competir con las grandes editoriales y los muy anticapitalistas no tenían un capital suficiente para sostenerla. Sin embargo, individualmente cada uno de ellos tuvo presencia en diversos diarios junto a sus personajes. Por ejemplo: Alberto Vivanco con Lolita, en Clarín; Pepe Huinca con Artemio, en El Mercurio; Palomo con Las tres Marías, en Puro Chile; Hervi con Mozambique, en La Última Hora. A fines de los sesenta, después que Alberto Vivanco dirigiera El Pingüino en Lord Cochrane, el grupo -como Editorial Papiro- saca El Pirigüín con mayores posibilidades de mercado ya que se declaraba "solo para mayores, la revista del play boy chileno, la revista de humor pícaro sin veda de carne, la revista de los machos recios, humor para gente madura".



ERGOCOMICS.

Can Can nº 49 Zig zag







Can Can nº 49 Zig Zag.
Santiago de Chile,

4 de Abril de 1966
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias.

Ganso nº 03







Ganso nº 03
Santiago de Chile,

2 de Noviembre de 1973
Cortesía de Luis Q. T.
Muchas gracias.

Pingüino nº 480







Pingüino nº 480
Santiago de Chile,

14 de Junio de 1966
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias. Un abrazo.

Cachipún nº 02







Cachipún nº 02
Santiago de Chile,

1 de Enero de 1990
Cortesía de Luis Q. T.
Muchas gracias

La Chiva nº 23





La Chiva nº 23
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias.

Can Can 28 Zig Zag







Can Can nº 28 Zig Zag
Santiago de Chile,

1 de Noviembre de 1965
Cortesía de Luis Q. T.
Mucha gracias.

Artemio nº 18 (Chile)


Artemio nº 18 (Chile)
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias.



El universo que Vivanco crea es prontamente admirado por el "realismo" de sus situaciones cotidianas, pero mostradas con una gran dosis de humor. Este Artemio, su más conocido personaje, era un junior de una oficina de la administración pública. Artemio es un chascón, sin ojos y degran nariz, irresponsable y flojo. Jorge Vivanco llegó a confesar que a veces no realizaba la tira correspondiente y, simplemente, la historieta no aparecía en el diario, ya que él mismo tenía algunas de las características de su personaje. Otros personaje de la serie son: Nelly, polola de Artemio, hermosa y casquivana; el señor Valenzuela, su jefe, preocupado siempre de su jubilación; Erika, la secretaria, únicamente preocupada de su apariencia; Chismorra, la secretaria, fea y cahuínera, separada, una hija; Leoncio, junior de menor jerarquía; Benjamín, hermano menor de Artemio. El autor abandona su carrera de contador, de cuya experiencia como empleado público nace el personaje que lo haría famoso, y se dedica a su pasión, el dibujo, con el seudónimo de Pepe Huinca. Trabaja, además en el diario El Mercurio, en Editorial Zig Zag, donde crea una historieta policial, llamada "Florián González", cuyos pocos capítulos se publican en la revista "Rakatán" y en la revista picaresca "Can Can", la que, lamentablemente, es censurada en 1966, ya que la Iglesia Católica tenía participación y pudo intervenir en los contenidos que consideraba subidos de tono.
ERGOCOMICS.


El Pingüino nº 174







El Pingüino nº 174
Santiago de Chile,

20 de Junio de 1960
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias.

Revista Ganso (Chile)

Revista de humor Ganso nº 01
CORTESÍA DE LUIS Q.T.
Muchas gracias.
El primer número de la revista Ganso, para vivir a mandíbula batiente, se publicó días antes del golpe militar, el día 5 de septiembre, por Quimantú y dirigida por Antonio Rojas Gómez. Eran chistes para adultos de los grandes dibujantes nacionales como Fantasio, Alberto Vivanco, Hervi, Palomo, Themo Lobos, Gin, Carso, Vicar, Luis Cerna, Nato y Pepe Huinca. Ganso sobrevivió hasta el 10 de diciembre de 1973. Editada por Quimantù, revista de humor donde colaboran Pepo, Luis Cerna, Fantasio, Hervi, Themo Lobos, entre otros. Este primer número sale en Septiembre de 1973. Solo duraría 4 números, hasta Diciembre de ese año

La Chiva nº 04




Cortesía de Luis Q.T.

Muchas gracias.



Los pobladores más representativos de Lo Chamullo son Pancho Moya, "cesante de profesión, mal que le pese. De vez en cuando es gásfiter, estucador, carpintero, electricista, pintor, hambriento y descontento." Don Paello, el almacenero, es un español republicano que llegó a bordo del Winnipeg gracias a la intervención de Pablo Neruda. Las Tres Marías, trío de viejas peladoras; "son como la CIA: se meten en todo". Los hermanos del Villar (así: con falta de ortografía) son el Fantomas y el Spectre. Para saber más de ellos es mejor buscar en los antecedentes policiales. El Mozambique es un garzón titulado que trabaja en el bar de don Pantruco. "En este lugar es donde mejor se come en Lo Chamullo. Mejor dicho, es el único lugar donde se come. Cuando se come." Y muchos más, contando al junior Artemio a quien La Chiva le publica su primer libro recopilatorio. En Lo Chamullo viven los pobres de la ciudad. Alegres y dignos, críticos y cómicos. La Chiva marca un aporte generacional sesentero y una visión nueva de enfrentar los temas sociales, un aire fresco que, sin embargo, debió enfrentar los mismos problemas que tuvieron iniciativas autónomas anteriores. "Las únicas distribuidoras que existían eran Zig-Zag y Lord Cochrane –testimonia Alberto Vivanco-. Ambas solo comercializaban sus propios productos y se negaban a distribuir a los editores independientes, por el egoísmo de no tener competencia que amenazara sus propios productos." La empresa de papel era una revista atendida por sus propios dueños, autogestionada, para lo cual alguno debió vender su citroneta para financiarla. El primer número se pudo imprimir –agrega Alberto- gracias al dinero que le pasó la editorial Lord Cochrane a modo de indemnización por haberse quedado con su revista Ritmo, Gato Yo-Yo incluido. "Los problemas –agrega- empezaron cuando se acabó ese fondo y no encontramos el camino eficiente de la distribución". En este plano, Hervi recuerda la contribución de Jorge Varas, el Varilla, quien "se descrestó ilustrando con grabados en linóleo para ahorrarnos plata de los costosos clichés. En cierta etapa –nos cuenta Hervi- hacíamos una tira de Lo Chamullo en el diario Ultima Hora, a bajo precio, cuando el director era José Toha, con el compromiso de que nos dieran el cliché para republicarlo en la revista. Y escribíamos mucho, ya que la tipografía era más barata que los clichés." La buena presentación era una reivindicación de los mismos personajes, que llegan a hacer una huelga por una portada de mejor papel. Al siguiente número la tapa se imprimió en couché brillante. Por poco tiempo. Recordando a su hermano, Alberto Vivanco destaca que Pepe Huinca -además de dibujar- "se interesó por imprimir la revista, desarrollando el oficio de imprentero que lo acompañó para siempre". Además de Alberto Vivanco y su hermano Jorge (Pepe Huinca), en la revista dibujan Hernán Vidal (Hervi) y José Palomo. Desde el primer momento colaboran también Eduardo de la Barra (quien firmaba Jecho en la revista Punto Final). Al nacer la publicación recibió el saludo de los mayores, entre ellos Pepo y Nato. Este último incluso les hizo especialmente la tira "Insolentito por Natito". Esporádicamente publicaron en sus páginas Osvaldo Salas (Don Inocencio), Themo Lobos, Ponka, Néstor Espinoza, Ric (Ricardo González)… generalmente ad honorem.
Jorge Montealegre Iturra ( ERGOCOMICS)

La Chiva nº 07






Cortesía de Luis Q. T.

La Chiva nº 06






Cortesía de Luis Q. T.









La Chiva nº 03 (Chile)








La Chiva nº 03
Santiago de Chile
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CORTESÍA DE LUIS Q.T.
Muchas gracias

Revista La Chiva nº 01




REVISTA LA CHIVA Nº 01
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias
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En la jerga popular chilena, una “chiva” es una mentira cuya intención depende de quién la diga, y del contexto histórico en que se exprese. . El revés de la medalla lo da el conductor que, tras soplar en un control de alcoholemia y demostrar muy poca sangre en el torrente alcohólico, se justifica indicando que viene de hacerle respiración boca a boca a un náufrago borracho.
Algún día de 1967, en una casa de Santiago, un grupo de creadores de humor entre los que se contaban los hermanos Jorge y Alberto Vivanco, Palomo, Hervi, y un largo etcétera, formaron una suerte de cooperativa con muchas ideas y pocos medios, para dar vida a “La Chiva”, una revista de humor ácido, de formato horizontal, cuyo primer número salió a las calles de Chile sin tapas, porque el dinero no alcanzó para cubrir los gastos de ese detalle.
Desde el primer número, “La Chiva” empezó a ser parte de nosotros. Era una revista que pasaba de mano en mano, de lector en lector, la compraba uno y la leían cien, con el natural daño para sus editores, pero aún así continuó apareciendo gracias a la fidelidad de los pocos que la compraban y a campañas solidarias inolvidables, como “la lucha por la tapa”, destinada a financiar una portada en forma, o “la campaña de la bolsa de té”, con que los lectores ayudaban que los creadores soportaran las frías tardes del invierno santiaguino.
Por sus páginas, una galería de personajes populares, de barriadas, marchaban enarbolando las banderas de sus reivindicaciones a lo largo de la “Avenida General Descontento”, y cuando los profesores y estudiantes empezamos las duras huelgas para democratizar la enseñanza, en el que fue nuestro “68”, también los personajes de “La Chiva” fueron a la huelga y se negaron a protagonizar las historias de costumbre. Los editores, contrataron a unos miserables esquiroles llamados Pato Donald, Ratón Mickey, Los Tres Cerditos, El Llanero Solitario, Fantomas o Popeye, y “La Chiva” generó todo un rico debate respecto del derecho de huelga y de la necesaria solidaridad de clase.

LUIS SEPÚLVEDA.

El Peneca Zig Zag 1854


El peneca Zig Zag nº 1854
Santiago de Chile, 24 de Junio de 1944
Cortesía del señor Elías Luna


El peneca y el silencio como reverso de la palabra.

El lenguaje escrito está en crisis, ya no garantiza, ya no sostiene, ya no parece capaz de cambiar el mundo, de hacerse cargo de su figuración. Hasta la caligrafía ya no tiene importancia ya que el teclado de un computador lo suple. Toleramos las teclas por su utilidad como puro intercambio afectivo o informativo de ideas simples; pero no podemos considerarlo pertinente para comunicar el brillo que el mundo tiene, o para reflejar el espíritu del lector . En una revista como El peneca , hay un silencio revelador , vivo que conmueve tanto o más como sus páginas olvidadas entre polvo . Como de un hechizo se tratará , de repente, el lector comienza a ver su mundo de otra manera; ve un mundo inmediato, vigente, a pesar de los años pasados desde su edición . Es como si uno estuviese viviendo el momento de la verdad que encierra.
En realidad la revista esta viva porque el lenguaje no desaparece, lo que desaparece es la fe en que efectivamente tenga una posibilidad esclarecedora de cualquier tipo, no solamente como comunicación con el exterior, sino, incluso, como comunicación con el interior, como autoconocimiento.
Es el hombre moderno el que está reñido con la palabra escrita ,parece que se le ha privado no de un contexto, sino de los vacíos, de las oscuridades de ese contexto; vacíos y oscuridades que son necesarios para la creación, para reconocer la propia existencia como duración. Porque el vacío es lo más profundo y misterioso que escapa al lenguaje. Al hojear el Peneca, me viene inevitablemente a la memoria estas líneas de Octavio Paz : “El misterio del lenguaje escrito no es menos sino más enigmático. Comienza con un amor inusitado por las palabras, por su color, su sonido, su brillo y el abanico de significaciones que muestran cuando, al decirlas, pensamos en ellas y en lo que decimos. Este amor no tarda en convertirse en fascinación por el reverso del lenguaje, el silencio. Cada palabra, al mismo tiempo, dice y calla algo “
Uno camina como un peregrino entre bosques de palabras y arenales de silencio, inevitable simbiosis en nuestra travesía lectora. No puedo dejar de terminar sin añadir otro pasaje del mismo escritor mexicano sobre esta dualidad de la palabra y el silencio : “ Las dos experiencias forman el nudo de que está hecha la convivencia humana: el decir y el escuchar. Por esto, el amor a nuestra lengua, que es palabra y es silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, a nuestros muertos, los silenciosos y a nuestros hijos que aprenden a hablar. Todas las sociedades humanas comienzan y terminan con el intercambio verbal, con el decir y el escuchar. La vida de cada hombre es un largo y doble aprendizaje: saber decir y saber oír “
Muchas gracias, Elías Luna.

El Peneca Zig Zag 1852




El peneca Zig Zag nº 1852
Santiago de Chile, 10 de Junio de 1.944
Cortesía del señor Elías Luna.


El peneca y la palabra como doble realidad.

Decía Steiner que hay una realidad anterior a las palabras, realidad que se crea a sí misma y a infinitos mundos posibles y futuros. Esa realidad de la facultad humana de pensar y crear mundos en un papel con una pluma , la buscan como origen en Dios, otros como fruto de una evolución material sin soplo divino . En lo que no hay duda es que cualquier revista literaria, como lo es El peneca , muestra la existencia de dos dimensiones de la realidad: una realidad que habitamos por medio de las palabras, y una realidad silenciosa que es una presencia inefable. En principio, todo aquello que nos rodea puede ser trasladado a palabras o definiciones conceptuales. Sin embargo, existe otra realidad misteriosa, profundamente desconocida, la mano del escritor, del guionista , del dibujante que crea una obra literaria conformada por particularidades efímeras y constantemente cambiantes – producto de la interacción de las cosas que forman el mundo – que escapa a las palabras. Sobre esta segunda realidad, cuya naturaleza es refractaria, mejor es callar. Así, Saint Exupéry confiesa: "Todos hemos conocido esa impotencia de transmitir nuestras impresiones..." o, "No se comunica nada multiplicando los epítetos. No se comunica nada con esos balbuceos". Al escritor se le disuelve el mundo entre los dedos. Como un rayo, le llega la revelación de que la solidez del mundo está asentada al amparo de la palabra. El mundo aparece sólido porque la palabra lo mantiene unido. Pero cuando se pierde el interés por la lectura de revistas que son el alma de un pueblo, como es el chileno , nos acercamos al gran problema del hombre actual: su pérdida de relato, el hilo umbilical con esa segunda realidad vestida , según algunos, con la túnica divina , y se produce la soledad, la angustia existencialista , la desorientación del ser humano actual , obsesionado con su futuro , la búsqueda de un empleo estable, el logro de una vida digna y sin aprietos económicos. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, dice San Juan.

El peneca Zig Zag nº 1851


El peneca Zig Zag nº 1851.
Santiago de Chile , 3 de Junio de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna .

El peneca y la fuerza de la palabra.
Es innegable el enorme valor y trascendencia que tuvo la Ilustración en el desarrollo de los dos últimos siglos , el avance científico , tecnológico y valores nuevos de una sociedad más libre y más justa .. Pero la Ilustración no dio grandes literatos porque en la palabra no se transmitían emociones ni sentimientos, sino una fría objetividad de la realidad que nos circunda. El cuento, la leyenda , y otros formas literarias eran rechazadas por estar alejadas de la Razón . La ingenuidad ilustrada creía en una humanidad redimida a través del saber y del aumento del conocimiento, de la ciencia y de la producción; una humanidad que habitara en una sociedad transformada por los avances de la técnica, y que soñó con la idea de un idioma universal . Será el Romanticismo el que revitalizará la palabra escrita con alas, que vuela en la fantasía , en la imaginación . El peneca es una verdad particular, con entidad propia , heredera del movimiento romántico del siglo XIX : la poesía, el cuento, la leyenda , el misterio , la intriga, la noche , lo inexplicable aparecen en sus páginas así como las supersticiones como murciélagos , testigos de la oscuridad. El peneca nos habla con poéticas y sencillas palabras, dirigidas a los sentidos . El romántico reivindica la Naturaleza , al igual que la Ilustración , pero de una manera distinta , ya que la ve desordenada, misteriosa, fatal, apasionada . He dicho que El peneca utiliza un lenguaje sencillo, y he ahí su grandeza : no hay en ella metáforas vacías , gastadas figuras retóricas que erran de boca en boca como fantasmas de desván . Y digo todo esto porque en el lenguaje actual hay una crisis de la palabra como fuerza transformadora .



El peneca Zig Zag nº 1850



El peneca Zig Zag nº 1850
Santiago de Chile, 27 de Mayo de 1944
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias .

Y Jesús le respondió: “Está escrito: 'No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios' Vivimos entre muros de una prisión que se espesa alrededor nuestro . Muchos creen que, para engrandecerse, basta con vestirse , alimentarse , responder a todas nuestras necesidades . Pero el cultivo del espíritu no se basa en el conocimiento de fórmulas, en la memoría de resultados adquiridos, ni mucho menos en auditorias para certificar la calidad en el trabajo de los empleados de una fábrica . De la palabra nos han hablado los magos y los cabalistas, los teólogos, los gramáticos, los retóricos, los lingüistas, los filósofos y los poetas. La crisis del pensamiento que caracteriza a la modernidad occidental es la crisis de la palabra. El vínculo que en la Antigüedad unía a las palabras con el mundo se ha resquebrajado. La caída del paradigma adánico, en el que la palabra es idéntica al mundo y capaz de expresarlo acabadamente, tuvo como inmediata consecuencia la definitiva fractura entre significado y significante. El lenguaje babélico, con que Dios castigó al humano, no garantiza ya la comunicación entre los hombres, ahora portadores todos de diferentes lenguas, sino que los confunde y distancia. La palabra ya no puede hacer justicia al mundo porque no puede contenerlo. Hemos abandonado la palabra escrita, la revista literaria como El peneca .y así , hemos tirado a la vera del camino la la multiplicidad de la vida, lo eterno de cada instante, el movimiento constante de la vida por lo universal, y abstracto .. Volvemos al mismo tema de la antigüedad griega : ¿ Algo cambia ? ¿ Algo permanece ? El hombre actual ha creado una apariencia de estabilidad, de orden inmutable , por eso quiere tambien petrificar, fosilizar la palabra, es decir, el pensamiento. Usted trabaje que nosotros pensamos por usted. Y así tenemos este mundo tecnológico , consumista, de cosas que no necesitamos . . El hombre actual desea que la vida se detenga para poder atraparla en sus conceptos artificiales y, en este mismo proceso, dicho hombre queda condenado; el mundo lo abandona en su imparable devenir. El peneca es una invitación a molestarse en pensar por sí mismo , un reencuentro con la naturaleza y con lo divino . Efectivamente , Rousseau tenía razón . La Naturaleza es la morada del hombre , un retorno a lo puro , al hogar con sus montañas, ríos , valles , etc. . .
Muchas gracias, Elías Luna. Hasieran .

El peneca Zig Zag nº 1849


El peneca Zig Zag nº 1849
Santiago de Chile , 20 de Mayo de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna.

La belleza de un girasol no obedece a un concepto universal o a un propósito utilitario. La belleza de la planta, cuyo vegetal cuello sigue el baile del sol en el cielo, existe en la libre imagen imaginada por el sujeto. La experiencia estética, en lo que posee de universal, remite al entendimiento. Así mismo , el placer estético de la lectura de las páginas de El peneca se origina en la respuesta imaginativa del lector afectado por ella. El placer frente a una revista literaria entonces sería el resultado de la armonización entre el entendimiento y su objetividad, y la imaginación como sensual y espontánea respuesta del lector. El placer estético, se da en las manifestaciones artísticas , surge de esta armonía entre lo racional y universal, y lo imaginativo y subjetivo. Lo conceptual y lo sensual se reconcilian. El sujeto recobra su unidad. La imaginación del guionista , como el maquinista de un tren, nos enseña un precioso camino del que podemos disfrutar , nos invita a conocer paisajes y personajes nuevos, desconocidos, situaciones o historias que plácidamente observamos sentados. Fuera, tras los cristales, tal vez llueve, cruzamos un túnel , vemos un hermoso bosque al salir , campesinos que labran la tierra, aves que vuelan . Es una fulguración de la libertad. Porque la lectura nos hace libres , la libertad en cuanto producción imaginativa de la imagen bella desde la que se experimenta un algo. Y la libertad del lector que ya no se muestra sometido a la repetición de una ley. El objeto bello irradia el brillo de una presencia libre de todo interés o finalidad.

Muchas gracias, Elías Luna




El peneca 1847 Zig Zag


El peneca Zig Zag 1847
Santiago de Chile, 6 de Mayo de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna.

El peneca como experiencia estética .

En los siglos XVII y XIX el hombre explica racionalmente el mundo preexistente, permeable a su intelecto. Pero en el siglo XX , además de proseguir con su avance científico, el ser humano crea lo conocido, lo representado, el objeto, el horizonte de toda experiencia posible, la arquitectura universal y objetiva de la naturaleza. El escritor, en nuestro caso de El peneca ya no es espejo, sino candil o lámpara que, detrás de su desbordamiento, desde la interioridad de su ser y la manifestación de su pluma , abre el afuera, proyecta el espacio y el tiempo, el tejido de los objetos de nuestra experiencia convertida en narrativa ya sea de aventuras, misterio, fantasía , etc. . . Este candil luminoso es afín a la revolución copernicana . El humano como sujeto estaba condicionado por el objeto , la naturaleza que ya existía o ya era y de la cual dependía. Ahora, el círculo de los objetos evoluciona en derredor del ser humano, protagonista de su destino en la ciencia, en las artes . es decir el sujeto a priori que despliega la realidad cognoscible. El placer de la lectura no tiene explicación, porque lo estético o lo bello es algo subjetivo. Por eso, no atrae a todos por igual, mejor dicho, son pocos los que la saben comparar o igualar a la hermosura de un lago, una rosa, un paraje nevado o el cuerpo ondulante y espumoso del mar. El objeto bello no posee explicación, es indefinible, inútil y gratuito. No es efecto de un concepto ni, como observamos antes, de una finalidad. Pero si no hay palabras que la expliquen, no presupone que haya ausencia de forma. Es la singularidad de esa forma la que produce de forma discriminada . El calificativo de hermoso , atrae por su forma, no por su fín . La belleza de las páginas de una revista literaria como El peneca no brota de su cuerpo literario , de sus palabras ,sino del modo como un lector determinado lo percibe .No me estoy refiriendo a que haya gente selecta, ya que El peneca no es elitista, sino todo lo contrario, se abre y se ofrece como alimento y sustento de las clases populares, de las gentes sencillas, que tras una jornada laboral, dura, encuentran en su lectura reposo y refugio. La belleza de un texto literario es libre, no está sujeta a una utilidad material o funcional, y también liberadora porque no pide nada, sólo espera despertar en nosotros un goce o fuerza más cercano al espíritu.
Muchas gracias, Elías Luna.
Hasieran.

El peneca 1845 Zig Zag

El peneca Zig Zag nº 1845
Santiago de Chile, 22 de Abril de 1.944
Cortesía de Elías Luna.
Muchas gracias.


El peneca y la dimensión de la belleza .


La singularidad de la experiencia estética se da en todas las facetas creativas del ser humano . No hace falta indagar mucho para encontrar el significado de lo bello en las páginas de El peneca, de la libertad de la creación artística pensada como el instinto del juego. La belleza late en tanto es experimentada por el lector . Uno navega en las páginas de El peneca hacia un puerto donde se puede hurgar ciertos pliegues de una quizá olvidada belleza que cautiva al lector de forma inmediata . Es una aventura, un viaje . El mundo de la experiencia literaria es , al principio , tierra movediza, arena precaria. Es un paisaje frágil donde se hunden los principios sólidos. En las dunas de la materia y el espacio que tocamos y nos novemos en nuestra vida cotidiana, monótona, insulsa, a veces, alienante , vive el error, la opinión de piel tornadiza, las torres elevadas sobre costumbres que se repiten sin pensamiento ni demostraciones de sus certezas. La verdad firme no se halla afuera , sino en la inmersión de los mundos, personajes que nos ofrece esta revista chilena . Porque su verdad reposa en la interioridad. En el yo social está la conciencia de un pueblo, el alma colectiva , la mente, lo psíquico no espacial. Uno puede leer estás páginas de hace ya más de 70 años e intuir su esencia, notar su presencia como espíritu despertado por nuestros labios . Al principio, la lectura es una entrada fría, conceptual, el pensamiento y racionalismo son nuestro compás, nuestra brújula, tal como decía Descartes . El lector actua como sustancia que ordena y explica el mundo natural y el universo influenciado por el materialismo y hedonismo de esta sociedad tecnológica . Pero pronto, tras esta fase comienza un realismo trascendental. Una fundamentación de la existencia y la realidad del mundo exterior plenamente estampadas y escritas en El peneca. ¿ Qué es del hombre si su lectura no le ofrece la posibilidad de trascender, de imaginar, de desarrollar su fantasía ? Hasta el mismo Descartes, pretendió explicar la existencia de Dios, máximo misterio, de forma racional. Todos sucumbimos, por un camino u otro, a encontrar cuerpos, colores en el espacio, buscar una dimensión espiritual aunque sea a través de la estética , acercarnos más a Kant y a su sentimiento de la estética . El peneca, a su manera , con su sencillez y naturalidad , refleja en el lago de nuestra vida la pregunta que siempre nos gotea y horada : el porqué de la vida y su sentido . Muchas gracias, Elías Luna. Hasieran.

El peneca 1844 Zig Zag


El peneca Zig Zag nº 1844
Santiago de Chile, 15 de Abril de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna.


El peneca y el hieratismo .


En El peneca todo parece hierático, detenido .Pero bajo esa aparente rigidez de los rostros , carácter estático de las imágenes se sustenta una intención bien clara : una manera eficaz de mantener la permanencia , de guardar el espíritu en la mirada y cerrar el frasco del olvido.
A todos en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular, intransferible y precioso. Se ve claramente una muralla , la que entre el mundo y nosotros se abre , impalpable y transparente , la muralla, de nuestra conciencia. Al nacer nos sentimos solos, pero al ser niños y adultos podemos trascender a esa soledad y olvidarnos de si mismos a través de actividades o trabajos. El peneca no solo entretiene, sino que ayuda a dominar ese sentimiento de soledad , activa en el lector la capacidad de su asombro como ser y crea la reflexión que se transforma en problema y pregunta, en conciencia interrogante, ignorando las transformaciones de su rostro.
Despertar a la literatura, al gusto por lo narrativo significa adquirir conciencia de nuestra singularidad, momento de reposo antes de entregarnos al hacer. El advenimiento a una literatura sencilla como una revista literaria puede ser más revolucionario, transformador que la acción de ideologías políticas que uno en su adolescencia va conociendo. Quizás la lectura es más revolucionaria de lo que creemos , descubrir de dónde viene, qué hace y hacia dónde se dirige. El lector tomará una decisión de lucha , se originará siempre que el amor a la lectura sea un espejo de si mismo , antes, como decía Socrates, debe conocerse a sí mismo . El lector descubrirá en su naturaleza el factor sobrenatural incapaz de ser absorbido por su vida natural ya que busca su alma, la inspecciona, la tantea, la aprehende .
Ese hieratismo, quietismo de las imágenes en El peneca tiene mucho de religiosidad, no es una deficiencia técnica del dibujante, sino una expresión de lo permanente, tal como lo usaron en sus muros civilizaciones antiguas como la egipcia, sumeria, etc..
Muchas gracias, Elías Luna.
Hasieran

El peneca Zig Zag nº 1843. CHILE

El peneca Zig Zag nº 1843 Santiago de Chile , 8 de Abril de 1944 . Cortesía del señor Elías Luna.

El peneca y el verdadero camino

. El peneca no abandona las expresiones formales y al estilo, ni tampoco el contenido ya que va a los problemas eternos tales como el nacer, el morir y el más allá. Se siente en “ Abandonada “ la inquietud por las desigualdades e injusticias que provocan la sociedad . El peneca toca muy sinceramente tales problemas . Pero también invita a que el lector se desarraigue de lo natural, que es un artificio burgués, e instalarlo en el mundo de lo sobrenatural, esto es, en las zonas del espíritu donde la fábula y el ensueño enseñan al ser humano, el camino de otro inundo y otra vida. Toda obra literaria que se precie, aunque sea modesta y popular como El peneca , no debe detenerse sobre la corteza de lo visible, porque tendrá siempre un destino que se enlaza con la fealdad: alcanzará la suerte de tener que morir como muerte todo que es humano y perecedero. Muy al contrario , para sobrevivir tendrá que enlazarse con la eternidad de la belleza, esa belleza que derrota a la muerte y la fealdad y con ellas a todas las mezquindades del mundo. Alejarse de la realidad no deshumaniza la literatura como Ortega y Gasset que pretendía una deshumanización del arte. El criterio de El peneca es sagrado, la revista literaria es la ofrenda, el pan y el vino , cuerpo y ánima , religión que libera nuestra pobre existencia . Busca una militancia en el lector, una forma de vivir paralela pero consciente de que toca siempre la tierra . La fuente de la lectura es de un agua vivificante , catársis que nos libera de los yugos cotidianos. Es como el Logos que nos presenta el cuarto Evangelio cuya encarnación en el alma del lector resulte una Encarnación divina destinada a redimir al género humano de la simpleza, de lo intrascendente , lo bajo y lo rutinario. Naturalmente que nuestro concepto sobre la literatura chocará con el concepto materialista, consumista , que anima a muchas editoriales actuales. Grandes tiradas de libros esotéricos para no decir nada que no se lea o se encuentre ya dicho hace miles de años en el Ecclesiastés . Es el espíritu quien legisla porque convence y satisface, enseña el verdadero camino , no de la cultura o de la inteligencia, sino del equilibrio, de la armonía consigo mismo y con la naturaleza, es decir, con el tao chino . Shelley fue el que afirmó que "los libros bien escritos son los verdaderos aunque no reconocidos legisladores de la humanidad". Este criterio del célebre escritor inglés nos demuestra que en el hacer literario no debiera tener una función material. Para triunfar sobre los fenómenos políticos, económicos y sociales será menester antes una iluminación interior del hombre, ya que éste al no estarlo correrá el riesgo de quedar aprisionado entre las redes de lo mundano. Todo eso lo ofrece con creces El peneca. Muchas gracias, Elías Luna . Hasieran .

El peneca Zig Zag nº 1840

El peneca Zig Zag nº 1840. Santiago de Chile, 18 de Marzo de 1944 Cortesía del señor Elías Luna. Muchas gracias. El peneca , pájaro azul lleno de misterio. Los caminos del azar o el destino siempre son extraños. El peneca es rica , sincera defensa de la revista literaria, culto a la trascendencia y al misterio . En tiempos donde la narrativa tiende reducirse a un mero ejercicio de expresión personal, es oportuno recordar esta revista del siglo pasado ya que permite la expansión de la sensibilidad humana hacia las puertas de una verdad profunda que siempre huye, pero que siempre permanece cerca, ocultándose detrás de nuestros ojos. No se trata de una lectura realista, esas viñetas hieráticas son hermanas del misterio. Sabemos que al decir esto nos exponemos a la crítica y burla de quienes sólo ven en sus páginas una manifestación del reflejo de las líneas escritas, un mero acompañamiento . Desde hace un tiempo a esta parte ya no hay revistas literarias poco importan para el mundo tecnológico y hedonista que vivimos . El ser humano actual mira a las manifestaciones artísticas y literarias como simples expresiones de lo que es el hombre humanizado y natural, lo conceptual domina sobre lo estético, lo material sobre lo trascendente, para ellos no existe la posibilidad de un supermundo espiritual en la constitución anímica de la persona humana. Todo lo que rige, para la gente de hoy ,es, lo natural o las leyes físicas de la existencia. Este concepto les coloca en la necesidad de negar todo misterio en la vida del hombre. La lectura de una simple poesía deviene para ellos un simple producto material del saber y no otra cosa. La poesía, así, es un ejercicio del intelecto que se puede adquirir insistiendo en ella. Sin embargo, este criterio no podrá perdurar pese a lo avanzado y revolucionario que pretenda ser. El. Espíritu, rechazado o no, estará siempre presente en las grandes creaciones poéticas y literarias. Y El peneca es una de ellas, una obra chilena , larga como su territorio, elevada como sus montañas . Su presencia, a pesar de todo lo que puedan decir las actuales generaciones que estén en contra de mi parecer, rige la vida íntima de un pueblo, su devenir en el siglo pasado. Así las cosas, el Peneca tiene como substancia madre el espíritu y el misterio . entendido esto último como una metáfora de la existencia humana , una atmósfera de lo fantástico, isla de fábulas , cuentos y ensueños . Su finalidad artística no está subordinada a funciones puramente materiales, a mostrar cosas visibles y objetivas. No es un periódico ni un libro de ciencias sino algo muy hermoso : un pájaro azul de pico rojo y y nieve en la cola, vuela por encima de lo real con el sólo objeto de transfigurarlo todo ante los ojos del hombre común , del lector que se ha animado a abrir sus páginas. Para nosotros y para todo aquel que se afana en el mundo por otras realidades que no sean las vulgares, la comunión narrador y lector es un acto misterioso producido por esa naturaleza secreta que hay en el hombre cuando éste abre las puertas de su mundo al conjuro de su propio ser metafísico. Entonces El peneca fluye como ciencia de la verdad y como religión de la existencia haciéndose doctrina espiritual para la vida interna y externa del hombre y de los pueblos de toda la geografía chilena. Residencia en la tierra, como decía Pablo Neruda . Muchas gracias, Elías Luna. Hasieran

El peneca Zig Zag nº 1837

El peneca Zig Zag nº 1837.
Cortesía del señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 26 de Febrero de 1944
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El peneca y el paisaje.

¿ Qué es lo que ves al abrir las páginas de El peneca ? No es vida detenida, en letargo. Ves un espectáculo maravilloso. Es como mirar a través del agujero de un muro : se ven árboles, niños, príncipes , carromatos, bosques, selvas y todas las pasiones del ser humano . Y en cado árbol hay un pájaro ; en cada rama un niño encaramado ; un sendero que se pierde. Y los árboles, contentos de ver a los niños de vuelta que cubren de flores y, suavemente, balancean las ramas sobre sus cabezas.
El peneca es paisaje, rostro, relieve vivo de un pueblo. El escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento decía lo siguiente : “ los caracteres de un pueblo son consecuencias de su medio ambiente, de la geografía circundante. La materialidad del aire y la tierra no configuran únicamente un escenario pasivo para la vida humana. Lo geográfico talla el espíritu de sus habitantes humanos. El ambiente, el paisaje, la naturaleza, son el espacio físico que, dentro de un devenir histórico, tornean la espiritualidad de un pueblo.
Asi también, El peneca esculpe, cincela, modela, pinta su gente, la geografía inacabable, larga en forma de látigo. Y es no por lo que cuenta, sino cómo lo cuenta, cómo entiende la fantasía, los sentimientos , las costumbres, moralidad y acontecer histórico ya que la literatura lo puede englobar todo. Poco importa que el escenario y el tiempo sean de otros lugares y otras épocas. La palabra escrita, impresa, es decir, el lenguaje es el aliento, lel sentir de unas generaciones .
A veces, en la lectura de El peneca hay destellos, resplandores, fogonazos que llenan la oscuridad de nuestro cerebro de imágenes retenidas en la retina de un pueblo, de su historia. Esos destellos revelan la evolución de una sociedad americana, descripción de grandiosas escenas naturales, y, sobre todo, de la lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena, entre la inteligencia y la materia: lucha imponente en América, y que da lugar a escenas tan peculiares, tan características y tan fuera del círculo de ideas en que se ha educado el espíritu europeo, porque los resortes dramáticos se vuelven desconocidos fuera del país donde se toman, los usos sorprendentes, y originales los caracteres. Es lo que hacen los poetas chilenos : hay quien vuelve su mirada al desierto y lo describe entusiasmado por la soledad, la inmensidad de Atacama ; hay quien prefiere el salitre, la mar con todo el amplio vocabulario que proporciona.
El peneca es la huella viva de una forma de ser, de vivir. Del mismo modo que la caligrafía nos descubre al individuo, él nos revela a un pueblo.

Muchas gracias, Elías Luna.
Hasieran.

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