El peneca Zig Zag nº 1873


El peneca Zig Zag nº 1873
Santiago de Chile, 4- XI-1944
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias. Un abrazo.



El peneca y la memoria en la fantasía lectora .
«Las cosas no son como las vemos sino como las recordamos », escribió Valle Inclán. Se referia sin duda a cómo son las cosas en la literatura, irrealidad a la que el poder de persuasión del buen escritor y la credulidad del buen lector . Para casi todos los escritores, la memoria es el punto de partida de la fantasia, el trampolín que dispara la imaginación en su vuelo impredecible hacia la ficción. Recuerdos e invenciones se mezclan en la literatura de creación de manera a menudo nextricable para el propio autor, quien, aunque pretenda lo contrario, sabe que la recuperación del tiempo perdido que puede llevar a cabo la literatura es siempre un simulacro, una ficción en la que lo recordado se disuelve en lo sofiado y viceversa. Por eso la literatura es el reino por excelencia de la am bigüedad. Sus verdades son siempre subjetivas, verdades a medias, relativas, verdades literarias que con frecuencia constituyen inexactitudes flagrantes o mentiras históricas. Aunque la cinematográfica batalla de Water100 que aparece en Los miserables nos exalte, sabemos que ésa fue una contienda que libró y ganó Victor Hugo y no la que perdió Napoleón. O, para citar un clásico valenciano medieval, la conquista de Inglaterra por los árabes que describe el Tirant lo Blanc es totalmente convincente y nadie se atrevería a negarle verosimilitud con el mezquino argumento de que en la historia real jamás un ejército árabe atravesó el Canal de la Mancha.

La verdad de las mentiras por M. Vargas Llosa.

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