La Chiva nº 04




Cortesía de Luis Q.T.

Muchas gracias.



Los pobladores más representativos de Lo Chamullo son Pancho Moya, "cesante de profesión, mal que le pese. De vez en cuando es gásfiter, estucador, carpintero, electricista, pintor, hambriento y descontento." Don Paello, el almacenero, es un español republicano que llegó a bordo del Winnipeg gracias a la intervención de Pablo Neruda. Las Tres Marías, trío de viejas peladoras; "son como la CIA: se meten en todo". Los hermanos del Villar (así: con falta de ortografía) son el Fantomas y el Spectre. Para saber más de ellos es mejor buscar en los antecedentes policiales. El Mozambique es un garzón titulado que trabaja en el bar de don Pantruco. "En este lugar es donde mejor se come en Lo Chamullo. Mejor dicho, es el único lugar donde se come. Cuando se come." Y muchos más, contando al junior Artemio a quien La Chiva le publica su primer libro recopilatorio. En Lo Chamullo viven los pobres de la ciudad. Alegres y dignos, críticos y cómicos. La Chiva marca un aporte generacional sesentero y una visión nueva de enfrentar los temas sociales, un aire fresco que, sin embargo, debió enfrentar los mismos problemas que tuvieron iniciativas autónomas anteriores. "Las únicas distribuidoras que existían eran Zig-Zag y Lord Cochrane –testimonia Alberto Vivanco-. Ambas solo comercializaban sus propios productos y se negaban a distribuir a los editores independientes, por el egoísmo de no tener competencia que amenazara sus propios productos." La empresa de papel era una revista atendida por sus propios dueños, autogestionada, para lo cual alguno debió vender su citroneta para financiarla. El primer número se pudo imprimir –agrega Alberto- gracias al dinero que le pasó la editorial Lord Cochrane a modo de indemnización por haberse quedado con su revista Ritmo, Gato Yo-Yo incluido. "Los problemas –agrega- empezaron cuando se acabó ese fondo y no encontramos el camino eficiente de la distribución". En este plano, Hervi recuerda la contribución de Jorge Varas, el Varilla, quien "se descrestó ilustrando con grabados en linóleo para ahorrarnos plata de los costosos clichés. En cierta etapa –nos cuenta Hervi- hacíamos una tira de Lo Chamullo en el diario Ultima Hora, a bajo precio, cuando el director era José Toha, con el compromiso de que nos dieran el cliché para republicarlo en la revista. Y escribíamos mucho, ya que la tipografía era más barata que los clichés." La buena presentación era una reivindicación de los mismos personajes, que llegan a hacer una huelga por una portada de mejor papel. Al siguiente número la tapa se imprimió en couché brillante. Por poco tiempo. Recordando a su hermano, Alberto Vivanco destaca que Pepe Huinca -además de dibujar- "se interesó por imprimir la revista, desarrollando el oficio de imprentero que lo acompañó para siempre". Además de Alberto Vivanco y su hermano Jorge (Pepe Huinca), en la revista dibujan Hernán Vidal (Hervi) y José Palomo. Desde el primer momento colaboran también Eduardo de la Barra (quien firmaba Jecho en la revista Punto Final). Al nacer la publicación recibió el saludo de los mayores, entre ellos Pepo y Nato. Este último incluso les hizo especialmente la tira "Insolentito por Natito". Esporádicamente publicaron en sus páginas Osvaldo Salas (Don Inocencio), Themo Lobos, Ponka, Néstor Espinoza, Ric (Ricardo González)… generalmente ad honorem.
Jorge Montealegre Iturra ( ERGOCOMICS)

La Chiva nº 07






Cortesía de Luis Q. T.

La Chiva nº 06






Cortesía de Luis Q. T.









La Chiva nº 03 (Chile)








La Chiva nº 03
Santiago de Chile
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CORTESÍA DE LUIS Q.T.
Muchas gracias

Revista La Chiva nº 01




REVISTA LA CHIVA Nº 01
Cortesía de Luis Q.T.
Muchas gracias
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En la jerga popular chilena, una “chiva” es una mentira cuya intención depende de quién la diga, y del contexto histórico en que se exprese. . El revés de la medalla lo da el conductor que, tras soplar en un control de alcoholemia y demostrar muy poca sangre en el torrente alcohólico, se justifica indicando que viene de hacerle respiración boca a boca a un náufrago borracho.
Algún día de 1967, en una casa de Santiago, un grupo de creadores de humor entre los que se contaban los hermanos Jorge y Alberto Vivanco, Palomo, Hervi, y un largo etcétera, formaron una suerte de cooperativa con muchas ideas y pocos medios, para dar vida a “La Chiva”, una revista de humor ácido, de formato horizontal, cuyo primer número salió a las calles de Chile sin tapas, porque el dinero no alcanzó para cubrir los gastos de ese detalle.
Desde el primer número, “La Chiva” empezó a ser parte de nosotros. Era una revista que pasaba de mano en mano, de lector en lector, la compraba uno y la leían cien, con el natural daño para sus editores, pero aún así continuó apareciendo gracias a la fidelidad de los pocos que la compraban y a campañas solidarias inolvidables, como “la lucha por la tapa”, destinada a financiar una portada en forma, o “la campaña de la bolsa de té”, con que los lectores ayudaban que los creadores soportaran las frías tardes del invierno santiaguino.
Por sus páginas, una galería de personajes populares, de barriadas, marchaban enarbolando las banderas de sus reivindicaciones a lo largo de la “Avenida General Descontento”, y cuando los profesores y estudiantes empezamos las duras huelgas para democratizar la enseñanza, en el que fue nuestro “68”, también los personajes de “La Chiva” fueron a la huelga y se negaron a protagonizar las historias de costumbre. Los editores, contrataron a unos miserables esquiroles llamados Pato Donald, Ratón Mickey, Los Tres Cerditos, El Llanero Solitario, Fantomas o Popeye, y “La Chiva” generó todo un rico debate respecto del derecho de huelga y de la necesaria solidaridad de clase.

LUIS SEPÚLVEDA.

El Peneca Zig Zag 1854


El peneca Zig Zag nº 1854
Santiago de Chile, 24 de Junio de 1944
Cortesía del señor Elías Luna


El peneca y el silencio como reverso de la palabra.

El lenguaje escrito está en crisis, ya no garantiza, ya no sostiene, ya no parece capaz de cambiar el mundo, de hacerse cargo de su figuración. Hasta la caligrafía ya no tiene importancia ya que el teclado de un computador lo suple. Toleramos las teclas por su utilidad como puro intercambio afectivo o informativo de ideas simples; pero no podemos considerarlo pertinente para comunicar el brillo que el mundo tiene, o para reflejar el espíritu del lector . En una revista como El peneca , hay un silencio revelador , vivo que conmueve tanto o más como sus páginas olvidadas entre polvo . Como de un hechizo se tratará , de repente, el lector comienza a ver su mundo de otra manera; ve un mundo inmediato, vigente, a pesar de los años pasados desde su edición . Es como si uno estuviese viviendo el momento de la verdad que encierra.
En realidad la revista esta viva porque el lenguaje no desaparece, lo que desaparece es la fe en que efectivamente tenga una posibilidad esclarecedora de cualquier tipo, no solamente como comunicación con el exterior, sino, incluso, como comunicación con el interior, como autoconocimiento.
Es el hombre moderno el que está reñido con la palabra escrita ,parece que se le ha privado no de un contexto, sino de los vacíos, de las oscuridades de ese contexto; vacíos y oscuridades que son necesarios para la creación, para reconocer la propia existencia como duración. Porque el vacío es lo más profundo y misterioso que escapa al lenguaje. Al hojear el Peneca, me viene inevitablemente a la memoria estas líneas de Octavio Paz : “El misterio del lenguaje escrito no es menos sino más enigmático. Comienza con un amor inusitado por las palabras, por su color, su sonido, su brillo y el abanico de significaciones que muestran cuando, al decirlas, pensamos en ellas y en lo que decimos. Este amor no tarda en convertirse en fascinación por el reverso del lenguaje, el silencio. Cada palabra, al mismo tiempo, dice y calla algo “
Uno camina como un peregrino entre bosques de palabras y arenales de silencio, inevitable simbiosis en nuestra travesía lectora. No puedo dejar de terminar sin añadir otro pasaje del mismo escritor mexicano sobre esta dualidad de la palabra y el silencio : “ Las dos experiencias forman el nudo de que está hecha la convivencia humana: el decir y el escuchar. Por esto, el amor a nuestra lengua, que es palabra y es silencio, se confunde con el amor a nuestra gente, a nuestros muertos, los silenciosos y a nuestros hijos que aprenden a hablar. Todas las sociedades humanas comienzan y terminan con el intercambio verbal, con el decir y el escuchar. La vida de cada hombre es un largo y doble aprendizaje: saber decir y saber oír “
Muchas gracias, Elías Luna.

El Peneca Zig Zag 1852




El peneca Zig Zag nº 1852
Santiago de Chile, 10 de Junio de 1.944
Cortesía del señor Elías Luna.


El peneca y la palabra como doble realidad.

Decía Steiner que hay una realidad anterior a las palabras, realidad que se crea a sí misma y a infinitos mundos posibles y futuros. Esa realidad de la facultad humana de pensar y crear mundos en un papel con una pluma , la buscan como origen en Dios, otros como fruto de una evolución material sin soplo divino . En lo que no hay duda es que cualquier revista literaria, como lo es El peneca , muestra la existencia de dos dimensiones de la realidad: una realidad que habitamos por medio de las palabras, y una realidad silenciosa que es una presencia inefable. En principio, todo aquello que nos rodea puede ser trasladado a palabras o definiciones conceptuales. Sin embargo, existe otra realidad misteriosa, profundamente desconocida, la mano del escritor, del guionista , del dibujante que crea una obra literaria conformada por particularidades efímeras y constantemente cambiantes – producto de la interacción de las cosas que forman el mundo – que escapa a las palabras. Sobre esta segunda realidad, cuya naturaleza es refractaria, mejor es callar. Así, Saint Exupéry confiesa: "Todos hemos conocido esa impotencia de transmitir nuestras impresiones..." o, "No se comunica nada multiplicando los epítetos. No se comunica nada con esos balbuceos". Al escritor se le disuelve el mundo entre los dedos. Como un rayo, le llega la revelación de que la solidez del mundo está asentada al amparo de la palabra. El mundo aparece sólido porque la palabra lo mantiene unido. Pero cuando se pierde el interés por la lectura de revistas que son el alma de un pueblo, como es el chileno , nos acercamos al gran problema del hombre actual: su pérdida de relato, el hilo umbilical con esa segunda realidad vestida , según algunos, con la túnica divina , y se produce la soledad, la angustia existencialista , la desorientación del ser humano actual , obsesionado con su futuro , la búsqueda de un empleo estable, el logro de una vida digna y sin aprietos económicos. Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, dice San Juan.

El peneca Zig Zag nº 1851


El peneca Zig Zag nº 1851.
Santiago de Chile , 3 de Junio de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna .

El peneca y la fuerza de la palabra.
Es innegable el enorme valor y trascendencia que tuvo la Ilustración en el desarrollo de los dos últimos siglos , el avance científico , tecnológico y valores nuevos de una sociedad más libre y más justa .. Pero la Ilustración no dio grandes literatos porque en la palabra no se transmitían emociones ni sentimientos, sino una fría objetividad de la realidad que nos circunda. El cuento, la leyenda , y otros formas literarias eran rechazadas por estar alejadas de la Razón . La ingenuidad ilustrada creía en una humanidad redimida a través del saber y del aumento del conocimiento, de la ciencia y de la producción; una humanidad que habitara en una sociedad transformada por los avances de la técnica, y que soñó con la idea de un idioma universal . Será el Romanticismo el que revitalizará la palabra escrita con alas, que vuela en la fantasía , en la imaginación . El peneca es una verdad particular, con entidad propia , heredera del movimiento romántico del siglo XIX : la poesía, el cuento, la leyenda , el misterio , la intriga, la noche , lo inexplicable aparecen en sus páginas así como las supersticiones como murciélagos , testigos de la oscuridad. El peneca nos habla con poéticas y sencillas palabras, dirigidas a los sentidos . El romántico reivindica la Naturaleza , al igual que la Ilustración , pero de una manera distinta , ya que la ve desordenada, misteriosa, fatal, apasionada . He dicho que El peneca utiliza un lenguaje sencillo, y he ahí su grandeza : no hay en ella metáforas vacías , gastadas figuras retóricas que erran de boca en boca como fantasmas de desván . Y digo todo esto porque en el lenguaje actual hay una crisis de la palabra como fuerza transformadora .



El peneca Zig Zag nº 1850



El peneca Zig Zag nº 1850
Santiago de Chile, 27 de Mayo de 1944
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias .

Y Jesús le respondió: “Está escrito: 'No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios' Vivimos entre muros de una prisión que se espesa alrededor nuestro . Muchos creen que, para engrandecerse, basta con vestirse , alimentarse , responder a todas nuestras necesidades . Pero el cultivo del espíritu no se basa en el conocimiento de fórmulas, en la memoría de resultados adquiridos, ni mucho menos en auditorias para certificar la calidad en el trabajo de los empleados de una fábrica . De la palabra nos han hablado los magos y los cabalistas, los teólogos, los gramáticos, los retóricos, los lingüistas, los filósofos y los poetas. La crisis del pensamiento que caracteriza a la modernidad occidental es la crisis de la palabra. El vínculo que en la Antigüedad unía a las palabras con el mundo se ha resquebrajado. La caída del paradigma adánico, en el que la palabra es idéntica al mundo y capaz de expresarlo acabadamente, tuvo como inmediata consecuencia la definitiva fractura entre significado y significante. El lenguaje babélico, con que Dios castigó al humano, no garantiza ya la comunicación entre los hombres, ahora portadores todos de diferentes lenguas, sino que los confunde y distancia. La palabra ya no puede hacer justicia al mundo porque no puede contenerlo. Hemos abandonado la palabra escrita, la revista literaria como El peneca .y así , hemos tirado a la vera del camino la la multiplicidad de la vida, lo eterno de cada instante, el movimiento constante de la vida por lo universal, y abstracto .. Volvemos al mismo tema de la antigüedad griega : ¿ Algo cambia ? ¿ Algo permanece ? El hombre actual ha creado una apariencia de estabilidad, de orden inmutable , por eso quiere tambien petrificar, fosilizar la palabra, es decir, el pensamiento. Usted trabaje que nosotros pensamos por usted. Y así tenemos este mundo tecnológico , consumista, de cosas que no necesitamos . . El hombre actual desea que la vida se detenga para poder atraparla en sus conceptos artificiales y, en este mismo proceso, dicho hombre queda condenado; el mundo lo abandona en su imparable devenir. El peneca es una invitación a molestarse en pensar por sí mismo , un reencuentro con la naturaleza y con lo divino . Efectivamente , Rousseau tenía razón . La Naturaleza es la morada del hombre , un retorno a lo puro , al hogar con sus montañas, ríos , valles , etc. . .
Muchas gracias, Elías Luna. Hasieran .

El peneca Zig Zag nº 1849


El peneca Zig Zag nº 1849
Santiago de Chile , 20 de Mayo de 1944.
Cortesía del señor Elías Luna.

La belleza de un girasol no obedece a un concepto universal o a un propósito utilitario. La belleza de la planta, cuyo vegetal cuello sigue el baile del sol en el cielo, existe en la libre imagen imaginada por el sujeto. La experiencia estética, en lo que posee de universal, remite al entendimiento. Así mismo , el placer estético de la lectura de las páginas de El peneca se origina en la respuesta imaginativa del lector afectado por ella. El placer frente a una revista literaria entonces sería el resultado de la armonización entre el entendimiento y su objetividad, y la imaginación como sensual y espontánea respuesta del lector. El placer estético, se da en las manifestaciones artísticas , surge de esta armonía entre lo racional y universal, y lo imaginativo y subjetivo. Lo conceptual y lo sensual se reconcilian. El sujeto recobra su unidad. La imaginación del guionista , como el maquinista de un tren, nos enseña un precioso camino del que podemos disfrutar , nos invita a conocer paisajes y personajes nuevos, desconocidos, situaciones o historias que plácidamente observamos sentados. Fuera, tras los cristales, tal vez llueve, cruzamos un túnel , vemos un hermoso bosque al salir , campesinos que labran la tierra, aves que vuelan . Es una fulguración de la libertad. Porque la lectura nos hace libres , la libertad en cuanto producción imaginativa de la imagen bella desde la que se experimenta un algo. Y la libertad del lector que ya no se muestra sometido a la repetición de una ley. El objeto bello irradia el brillo de una presencia libre de todo interés o finalidad.

Muchas gracias, Elías Luna




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