El peneca Zig Zag 1762

El peneca Zig Zag nº 1762 por el señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 10 de Septiembre de 1942.

El peneca, aquello a lo que hay que acercarse de puntillas y dedicarle nuestras mejores horas de vigilia.

Sería falso decir que un artista "busca" su tema. El tema va madurando en él como un fruto y le impulsa hacia la configuración. Es como un parto. El poeta nada tiene de lo que pudiera estar orgulloso. No es dueño de la situación, sino su vasallo, su servidor; la creatividad es para él la única forma de vida posible, y cada una de sus obras supone un acto al que no se puede negar libremente. La sensibilidad para la necesidad de ciertos pasos lógicos y para las leyes que los rigen sólo aparece cuando existe la fe en un ideal; sólo la fe apoya el sistema de las imágenes (o, lo que es lo mismo, el sistema de la vida).
El sentido de la verdad religiosa se da en la esperanza. La filosofía busca la verdad determinando los límites de la razón humana, el sentido del actuar y de la vida humanos (y esto es válido incluso en el caso del filósofo que llega a la conclusión de que el actuar y la existencia humanos carecen de sentido).
Al contrario de lo que se suele suponer, la determinación funcional del arte no se da en despertar pensamientos, transmitir ideas o servir de ejemplo. La finalidad del arte consiste más bien en preparar al hombre para la muerte, conmoverle en su interioridad más profunda.
Cuando el hombre se topa con una obra como El peneca, pequeña obra maestra, comienza a escuchar dentro de sí la voz que también inspiró al creador. En contacto con una obra de arte así, el observador experimenta una conmoción profunda, purificadora. En aquella tensión específica que surge entre una revista literaria u otro modo de manifestación artística y quien la contempla, las personas toma conciencia de los mejores aspectos de su ser, que ahora exigen liberarse. Nos reconocemos y descubrimos a nosotros mismos: en ese momento, en la inagotabilidad de nuestros propios pensamientos.El peneca es maestra es un juicio -en su validez absoluta- perfecto y pleno sobre la realidad, cuyo valor se mide por el grado en que consiga expresar la individualidad humana en relación con lo artístico e inclusoespiritual.
¡Qué difícil es encontrar una revista tan armoniosa y placentera como El peneca. Sin duda, además de un sentimiento muy general de armonía, existen otros criterios claros que nos permiten descubrir una pequeña obra maestra dentro de la masa de otras obras. Además, el valor de una obra maestra es relativo, en relación con el que lo recibe.
. Las obras de los grandes poetas aún no han sido leídas por la humanidad -sólo los grandes poetas son capaces de leerlas-. Las masas, sin embargo, las leen como si leyeran las estrellas...; si hay suerte, como astrólogos, pero no como astrónomos. A la mayoría de las personas se les enseña a leer sólo para su propia comodidad, como si se les enseñara a contar para que puedan comprobar las cuentas y no ser engañados. Pero del leer como noble ejercicio intelectual no tienen idea; además, sólo hay una cosa que se pueda llamar leer en el más alto sentido de la palabra: no aquello que nos adormece narcotizando nuestros más altos sentimientos, sino aquello a lo que hay que acercarse de puntillas, aquello a lo que dedicamos nuestras mejores horas de vigilia".

Muchas gracias, Elías Luna.

El peneca Zig Zag 1752

El peneca Zig Zag nº 1752. Cortesía del señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 11 de Junio de 1942.
El peneca y lo esencial en la vida.

Cada vez somos más esclavos de la imagen. Dicen que una imagen vale más que mil palabras. He ahí la tragedia y no nos damos cuenta. Con mil palabras se puede hacer algo tan hermoso como un excelso poema épico, un cuento breve, y..¿ por qué no ? una revista como El peneca. Qué se puede añadir? La confusa situación anímica, ese empobrecimiento interior, esa incapacidad, que cada vez se va convirtiendo en irremisible característica del hombre moderno, al que se puede calificar de impotente en su interior.
Lo bello como la palabra escrita queda oculto a los ojos de aquellos que no buscan la verdad. Precisamente el vacío interior de quien percibe el arte de contar historias y lo juzga sin estar dispuesto a reflexionar sobre el sentido y la finalidad de la existencia de éste, ese vacío seduce la cuenta y lleva a una fórmula vulgar y simplista, al "¡No gusta!! o "¡No interesa!" Un argumento fuerte, pero es el argumento de quien ha nacido ciego e intenta describir un arco iris. Queda absolutamente sordo al padecimiento que sufre el creador de páginas literarias para comunicar a los demás la verdad que experimenta en ello Una de las características más tristes de nuestro tiempo es, en mi opinión, el hecho de que hoy en día una persona corriente queda definitivamente separada de todo aquello que hace referencia a una reflexión sobre lo bello y lo eterno. La moderna cultura de masas-una civilización de prótesis-, pensada para el "consumidor", mutila las almas, cierra al hombre cada vez más el camino de las cuestiones fundamentales de su existencia, hacia el tomar conciencia de su propia identidad como ser espiritual. Pero el guionista y dibujante de revistas e historietas no pueden, no deben permanecer sordo ante la llamada de la verdad, que es lo único capaz de determinar y disciplinar su voluntad creadora. Sólo así se obtiene la capacidad de transmitir su fe también a otros. Un artista sin esa fe es como un pintor que hubiera nacido ciego.
¡Qué difícil es hablar de una gran obra! Sin duda, además de un sentimiento muy general de armonía, existen otros criterios claros que nos permiten descubrir una obra maestra dentro de la masa de otras obras. Además, el valor de una obra maestra es relativo, en relación con el que lo recibe. Normalmente se cree que la importancia de una revista cultural como El peneca se puede medir por la reacción de las personas frente a esta obra, por la relación que resulta entre ella y la sociedad. En términos generales, esto es cierto. Pero lo paradójico es la obra de arte, en ese caso, depende totalmente de quienes la reciben, de que esa persona sea capaz o incapaz de descubrir, de percibir lo que une la obra con el mundo en su totalidad y con una individualidad humana dada, que es el resultado de sus propias relaciones con la realidad. Goethe tiene toda la razón cuando dice que es tan difícil leer un libro como escribirlo. No puede existir una pretensión de objetividad del propio juicio, de la propia opinión. Cada posibilidad, aunque sea sólo relativamente objetiva, de un juicio está condicionada por una variedad de interpretaciones. Y si una pequeña obra de arte como lo es El peneca en la historia de Chile,tiene un valor jerárquico a los ojos de la masa, de la mayoría, esto suele ser el resultado de circunstancias casuales y resulta por ejemplo del hecho de que aquella obra de arte tuvo suerte con quienes la interpretaron. Por otra parte, las afinidades estéticas de una persona en muchos casos dicen mucho más sobre la propia persona que sobre la obra de arte en sí.

Muchas gracias, Elías Luna.
Hasieran
En base a un texto de Andrei Tarkovsky.

El peneca Zig Zag nº 1751 por Elías Luna.

EL PENECA ES TAMBIÉN ARTE.
Toda obra de arte pone en relación al hombre a quien se dirige con el que la produjo, y con todos los hombres que simultánea, anterior o posteriormente, reciben la impresión de ella. La palabra que trasmite los pensamientos de los hombres es un lazo de unión entre ellos; lo mismo le ocurre al arte. Lo que lo distingue de la palabra es que ésta sirve al hombre para transmitir a otros sus pensamientos, mientras que, por medio del arte, sólo le trasmite sus sentimientos y emociones. La transmisión se opera del modo siguiente:
Un hombre cualquiera es capaz de experimentar todos los sentimientos humanos, aunque no sea capaz de expresarlos todos. Pero basta que otro hombre los exprese ante él para que enseguida los examine él mismo, aún cuando no los haya experimentado jamás.
Para tomar el ejemplo más sencillo, si un hombre ríe, el hombre que le escucha reír se siente alegre; si un hombre llora, el que le ve llorar se entristece. Si un hombre se irrita o excita, otro hombre, el que le ve, cae en un estado análogo. Por sus movimientos o por el sonido de su voz expresa un hombre su valor, su resignación, su tristeza, y estos sentimientos se transmiten a los que le ven y le oyen. Un hombre expresa sus padecimientos por medio de suspiros y sonidos y su dolor se trasmite a los que le escuchan. Lo propio ocurre con otros mil sentimientos.
Sobre esta actitud del hombre de experimentar los sentimientos que experimenta el otro, está fundada la forma de actividad que se llama arte. Pero el arte propiamente dicho no empieza hasta que experimenta una emoción y quiere comunicarla a otros, y recurre para ello a signos exteriores. Tomemos un ejemplo bien sencillo. Un niño ha tenido miedo al encontrase con un lobo y explica su encuentro; y para evocar a sus oyentes la emoción que ha experimentado les describe los objetos que le rodean: la selva, el estado de descuido en que se halla su espíritu, luego la aparición del lobo, sus movimientos, la distancia que les separa, etc. Todo esto es arte si el niño, contando su aventura, pasa de nuevo por los sentimiento que experimentó, y si sus oyentes, subyugados por el sonido de su voz, sus ademanes y sus imágenes, experimentan sensación análoga. Hasta si el niño no ha visto jamás al lobo, pero tiene miedo de encontrarlo, y deseando comunicar a otros el miedo que ha sentido, inventa el encuentro con un lobo, y lo cuenta de modo que comunique el miedo que sintió, todo esto será también arte. Arte hay en un hombre, si habiendo experimentado miedo o deseo, en realidad o imaginariamente, expone sus sentimientos en la tela o en el mármol, de modo que hace que otros experimenten esos sentimientos. Arte hay si un hombre luego de sentir o creer sentir alegrías, tristeza, desesperación, valor o abatimiento...expresa todo eso por medio de sonidos que permitan a otros sentir lo que él sintió.

Hay arte en El peneca porque tiene sonrisa de niño, palabras expresadas en el instante adecuado, sonidos de música, pluma que explora toda faceta de la existencia humana, y que conmueve al lector sensible. Muchas gracias, Elías Luna.
En base a un texto de León Tolstoy.

El peneca Zig Zag 1746

El peneca 1746 Zig Zag por el señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 30 de Mayo de 1942.

El peneca, el ansia de la trascendencia como ideal.

¿Para qué existe la narrativa? ¿A quién le hace falta? ¿Hay alguien a quien le haga falta? Son cuestiones que se plantea no sólo el escritor, sino también cualquier persona que recibe una revista como El peneca. palabra habitual que desgraciadamente desenmascara con crueldad la relación lector-escritor en el siglo XX y comienzos del XXI.
A cualquiera, pues, le afecta esta cuestión y cualquiera que tenga que ver con el gusto de leer, intenta darle una respuesta. Alexander Blok decía que un libro o revista crea la armonía partiendo del caos"... Pushkin atribuía al escritor dones proféticos... el arte de escribir o contar historias está determinado por leyes absolutamente propias, carentes de valor para los ojos ciegos y hedonistas.
En cualquier caso, para mí no hay duda de que el objetivo de cualquier revista, libro o historieta que no quiera ser "consumido" como una mercancía consiste en explicar por sí mismo y a su entorno el sentido de la vida y de la existencia humana. Es decir: explicarle al hombre cuál es el motivo y el objetivo de su existencia en nuestro planeta. O quizá no explicárselo, sino tan sólo enfrentarlo a este interrogante.
Comencemos por lo más general: la función indiscutible del gusto por la lectura, en mi opinión, está enlazada con la idea del conocimiento, de aquella forma de efecto que se expresa como conmoción, como catarsis. Desde el momento en que Eva comió la manzana del árbol de la ciencia, la humanidad está condenada a buscar perennemente la verdad. Es sabido que Adán y Eva en un principio se dieron cuenta de que estaban desnudos y se avergonzaron. Así es, ellos sintieron verguenza porque comprendieron y entonces entraron en el camino del conocimiento mutuo, placentero. Comenzó así un camino que no tendría fin. Es comprensible la tragedia de quienes del feliz desconocimiento fueron lanzados a los hostiles e inaprensibles campos de lo mundano. El peneca es una catársis, un ariete, una catapulta, la antorcha que nos saca de las cavernas de lo ordinario, y nos hace más humanos, más seguros.
Muchas gracias, Elías Luna.


Hasieran ( En base a un texto de Andrei Tarkovski.)


El peneca Zig Zag 1692

Mampato Nº 006


Mampato Nº 006
Gracias a Mayoneso....

Mampato Nº 004



Mampato Nº 004
gracias a Mayoneso...

Mampato Nº003


Mampato Nº003
Gracias a Mayoneso...

Mampato Nº 002



Mampato Nº 002
Gracias a Mayoneso....

El Peneca Nº2032


El Peneca Nº2032
Gracias a Reinaldo Comics...

El peneca 2302

Muchas gracias al escaneador.

El peneca Zig zag 1714

El peneca Zig Zag nº 1714. Cortesía del señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 18 de Octubre de 1941.
EL PENECA TAMBIÉN ES POESÍA.
El escritor invita a a participar en lo absoluto, como el místico, y tiende a expresarlo, como la liturgia y la fiesta religiosa. Esta pretensión lo convierte en un ser peligroso, pues su actividad no beneficia a la sociedad; verdadero parásito, en lugar de atraer para ellas las fuerzas desconocidas que la religión organiza y reparte, las dispersa en una empresa estéril y antisocial. Por eso, en comunión entre escritor y lector ambos descubren la fuerza secreta del mundo, esa fuerza que la religión intenta canalizar y utilizar, a través de la burocracia eclesiástica. Y el escritor no sólo la descubre y se hunde en ella: la muestra al lector en toda su aterradora y violenta desnudez al resto de los hombres, latiendo en su palabra viva en ese extraño mecanismo de encantamiento lleno de poesía.
La revista literaria con su prosa poética es la revelación de la inocencia que alienta en cada hombre en cada mujer y que todos podemos recobrar apenas el amor ilumina nuestros ojos y nos devuelve el asombro y la fertilidad. Su testimonio es la revelación de una experiencia en la que participan todos los hombres, oculta por la rutina y la diaria amargura. Los escritores han sido los primeros que han revelado que la eternidad y lo absoluto no están más allá de nuestros sentidos, sino en ellos mismos. Esta eternidad y esta reconciliación con el mundo se producen en el tiempo y dentro del tiempo, en nuestra vida mortal, porque la lieraturay el amor no nos ofrecen la inmortalidad ni la salvación. Nietzche decía: “No la vida eterna, sino la eterna vivacidad: eso es lo que importa”.
Luego entonces la función de la una obra literaria en verso en o en prosa,, en un mundo vacío pero computarizado sirve de mucho y aunque no alivia, ni corrompe, purifica. No tiene más ideología que un alma y un espíritu en confrontación con todo lo que le rodea. El periodista Braulio Peralta, en el prólogo a una larga y de las últimas entrevistas a Octavio Paz sentencia: “Heraldos de sí mismos, los poetas viven un mundo aparte: mensajeros del destino, en los tiempos modernos, pocos, muy pocos los escuchan, los leen y atienden. Vivimos con los ojos abiertos pero ciegos ante las premoniciones que nos anuncian. ¿De qué sirve pensar y sentir si todo ello no ayuda a vivir más y mejor? El ser y la nada nos arrojan al vértigo de la ignorancia. Tendrá el poeta que gritar sus versos por teléfono, enviarlos por fax, a través de Internet, o leerlos por televisión? Hasta eso, en los tiempos actuales, le está vedado; nadie quiere oír verdades a fin de siglo. Eliot seguirá vivo para los mass media.
Octavio Paz ( México)
Muchas gracias, Elías Luna
Hasieran

EL PENECA 2330

EL PENECA 2330 por Chris Armand.
Santiago de Chile, 8 de Agosto del 1953

EL PENECA 1708

EL PENECA ZIG ZAG 1708 por Elías Luna.
Santiago de Chile, 6 de Septiembre de 1941

EL PENECA 1706

EL PENECA ZIG Nº 1706 por Elías Luna.
Santiago de Chile, 23 de Agosto de 1941.

El peneca 1699 Zig Zag


El peneca Zig Zag nº 1699.
Santiago de Chile, 5 de Agosto de 1941.
Cortesía de Elías Luna. Un abrazo

EL PENECA ZIG ZAG 1695

EL PENECA ZIG ZAG 1695
Santiago de Chile, 7 de Junio de 1941.
Cortesía del señor Elías Luna

EL PENECA 1690

EL PENECA ZIG ZAG 1690.
Santiago de Chile, 3 de Mayo de 1941
Cortesía del señor Elías Luna.

El peneca 1684


EL PENECA ZIG ZAG nº 1684.
Santiago de Chile, 22 de Marzo de 1941.
Cortesía del señor Elías Luna.

El peneca 1687

El peneca nº 1687. Editorial Zig Zag.
Santiago de Chile, 12 de Abril de 1941.
Cortesía de Elías Luna. Muchas gracias.

El peneca 1688

El peneca Zig Zag nº 1688
Santiago de Chile, 19 de Abril de 1941
Cortesía de Elías Luna

El peneca 1875

El peneca 1874

El peneca 1870

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