El peneca Zig Zag nº 1837

El peneca Zig Zag nº 1837.
Cortesía del señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 26 de Febrero de 1944
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El peneca y el paisaje.

¿ Qué es lo que ves al abrir las páginas de El peneca ? No es vida detenida, en letargo. Ves un espectáculo maravilloso. Es como mirar a través del agujero de un muro : se ven árboles, niños, príncipes , carromatos, bosques, selvas y todas las pasiones del ser humano . Y en cado árbol hay un pájaro ; en cada rama un niño encaramado ; un sendero que se pierde. Y los árboles, contentos de ver a los niños de vuelta que cubren de flores y, suavemente, balancean las ramas sobre sus cabezas.
El peneca es paisaje, rostro, relieve vivo de un pueblo. El escritor argentino Domingo Faustino Sarmiento decía lo siguiente : “ los caracteres de un pueblo son consecuencias de su medio ambiente, de la geografía circundante. La materialidad del aire y la tierra no configuran únicamente un escenario pasivo para la vida humana. Lo geográfico talla el espíritu de sus habitantes humanos. El ambiente, el paisaje, la naturaleza, son el espacio físico que, dentro de un devenir histórico, tornean la espiritualidad de un pueblo.
Asi también, El peneca esculpe, cincela, modela, pinta su gente, la geografía inacabable, larga en forma de látigo. Y es no por lo que cuenta, sino cómo lo cuenta, cómo entiende la fantasía, los sentimientos , las costumbres, moralidad y acontecer histórico ya que la literatura lo puede englobar todo. Poco importa que el escenario y el tiempo sean de otros lugares y otras épocas. La palabra escrita, impresa, es decir, el lenguaje es el aliento, lel sentir de unas generaciones .
A veces, en la lectura de El peneca hay destellos, resplandores, fogonazos que llenan la oscuridad de nuestro cerebro de imágenes retenidas en la retina de un pueblo, de su historia. Esos destellos revelan la evolución de una sociedad americana, descripción de grandiosas escenas naturales, y, sobre todo, de la lucha entre la civilización europea y la barbarie indígena, entre la inteligencia y la materia: lucha imponente en América, y que da lugar a escenas tan peculiares, tan características y tan fuera del círculo de ideas en que se ha educado el espíritu europeo, porque los resortes dramáticos se vuelven desconocidos fuera del país donde se toman, los usos sorprendentes, y originales los caracteres. Es lo que hacen los poetas chilenos : hay quien vuelve su mirada al desierto y lo describe entusiasmado por la soledad, la inmensidad de Atacama ; hay quien prefiere el salitre, la mar con todo el amplio vocabulario que proporciona.
El peneca es la huella viva de una forma de ser, de vivir. Del mismo modo que la caligrafía nos descubre al individuo, él nos revela a un pueblo.

Muchas gracias, Elías Luna.
Hasieran.

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