El peneca Zig Zag 1816

El peneca Zig Zag nº 1816
Santiago de Chile, 2 de Octubre de 1943.
Cortesía de Elías Luna (Chile)

El peneca y el sueño dirigido.
En una revista cultural es necesario generar relatos y situaciones que se salgan de nuestra vida cotidiana y nos permitan volar en la imaginación, en la fantasía. Pero el esplendor imaginativo que emerge de la ficción, involucra también la pregunta estético-filosófica y literaria a su vez, sobre el sentido o naturaleza de lo fantástico. Casi sin darse cuenta, al escritor de libros, al guionista de historietas acompaña un estado de la sensibilidad desde el comienzo de su existencia, desde muy pequeño, antes, mucho antes de comenzar a escribir, el escritor se niega a aceptar la realidad tal como pretenden imponerla y explicarla nuestros padres y maestros. El lector de una revista , como El peneca, también necesita ver siempre el mundo de una manera distinta, sentir siempre, que entre dos cosas que parecen perfectamente delimitadas y separadas, hay intersticios por los cuales, tanto para el escritor y su lector en íntima comunión, al menos, pasaba, se colaba, un elemento, que no podía explicarse con leyes, que no podía explicarse con lógica, que no podía explicarse con la inteligencia razonante".
Lo mismo ocurre en la poesía. Alguien dijo hablando sobre la poesía que ella es eso que se queda afuera, cuando hemos terminado de definir la poesía ,eso mismo se puede aplicar a la creación en prosa, acompañada de ilustraciones. Es mejor, por tanto, que cada uno consulte su propio mundo interior, sus propias vivencias y se plantee personalmente el problema de esas situaciones, de esas irrupciones, de esas llamadas coincidencias en que de golpe, nuestra inteligencia y nuestra sensibilidad, tiene la impresión de que las leyes, a que obedecemos habitualmente, no se cumplen del todo o se están cumpliendo de una manera parcial, o están dando su lugar a una excepción.
Decía Borges que la literatura es un sueño dirigido, una barca conducida por la pluma del escritor y el soplo del lector.

Muchas gracias, Elías Luna.

Hasieran. Adaptación de un texto de Julio Cortázar para El peneca

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