El peneca Zig Zag nº 1827





El peneca 1827 Zig Zag.
Cortesía del señor Elías Luna.
Santiago de Chile, 18 de Diciembre de 1943

El peneca y la fantasía como instrumento literario.

El guionista y dibujante de una revista literaria - como es el caso de El peneca, posee una mente con capacidad para formar imágenes de cosas que no están de hecho presentes. La facultad de concebir imágenes recibe o recibió el nombre lógico de Imaginación. Pero en los últimos tiempos y en el lenguaje especializado, no en el de todos los días, se ha venido cada vez más considerando a la Imaginación como algo superior a la mera formación de imágenes, adscrito al campo operacional de lo Fantasioso, forma reducida y peyorativa del viejo término Fantasía; se está haciendo, pues, un intento para reducir, yo diría que de forma inadecuada, la Imaginación al "poder de otorgar a las criaturas de ficción la consistencia interna de la realidad".
... El logro de la expresión que proporciona (o al menos así lo parece) "la consistencia interna de la realidad" es ciertamente otra cosa, otro aspecto, que necesita un nombre distinto: el de Arte, el eslabón operacional entre la Imaginación y el resultado final, la Sub-creación. Para el fin que ahora me propongo preciso de un término que sea capaz de abarcar a la vez el mismísimo Arte Sub-creativo y la cualidad de sorpresa y asombro expositivos que se derivan de la imagen: una cualidad esencial en la concepción, por ejemplo, de los cuentos.
El guionista, escritor de El peneca , asume, por tanto, , arrogarse con legitimidad literaria los poderes de Humpty-Dumpty y usar de la Fantasía con ese propósito; es decir, con la intención de combinar su uso más tradicional y elevado (equivalente a Imaginación) con las nociones derivadas de "irrealidad" (o sea, disimilitud con el mundo cotidiano, aburrido y conocido) y liberación de la esclavitud del "hecho" observado; la noción, en pocas palabras, de lo fantástico.
El escritor, guionista es consciente, y con gozo, de los nexos etimológicos y semánticos entre la fantasía y las imágenes de cosas que no sólo "no están realmente presentes", sino que con toda certeza no vamos a poder encontrar en nuestro mundo primario, o que en términos generales creemos imposibles de encontrar. Pero, aun admitiendo esto, no puede aceptar un tono peyorativo. Que sean imágenes de cosas que no pertenecen al mundo primario (si tal es posible) resulta una virtud, no un defecto. En este sentido, la fantasía no es una manifestación menor sino más elevada, del Arte, casi su forma más pura, y por ello -cuando se alcanza la más poderosa.
La fantasía, claro, arranca con una ventaja: la de domeñar lo inusitado. Pero esta ventaja se ha vuelto en su contra y ha contribuido a su descrédito. A mucha gente le desagrada que la «dominen». Les desagrada cualquier manipulación del mundo en que vivimos, carente de misterios y expectativas, o de los escasos reflejos del mismo que les resultan familiares. Confunde, por tanto, estúpida y a veces malintencionadamente la Fantasía con los sueños, en los que el arte no existe, y con los desórdenes mentales, donde ni siquiera se da un control; y con las visiones y alucinaciones. El peneca cumple esas condiciones de un ingenuo, candoroso y sugerente uso de la fantasía como vehículo de elevación y comunión con el lector.
Muchas gracias, Elías Luna.
Adaptación de Hasieran para El peneca en base a un texto de J.R. Tolkien.

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