Santiago de Chile , 10-V-1947.

Cortesía del señor Elías Luna.


Santiago de Chile 15-III-1947

Cortesía del señor Elías Luna.

25-I-1947

Cortesía del señor Elías Luna.


Santiago de Chile 14-XII-1946

Cortesía de Elías Luna
 Poema
Desde uno de tus patios haber mirado
las antiguas estrellas,
desde el banco de sombre haber mirado
esas luces dispersas,
que mi ignorancia no ha aprendido a nombrar
ni a ordenar en constelaciones,
haber sentido el círculo del agua
en el secreto aljibe,
el olor del jazmín y la madreselva,
el silencio del pájaro dormido,
al arco del zaguán, la humedad
-esas cosas, acaso, son el poema.

Jorge Luis Borges


Santiago de Chile 16-XI-1946

Cortesía de Elías Luna
 El fué también joven un día lejano ,
también en sus venas ardió la inquietud

de la edad que hilvana mil sueños ufanos ,

de los ensoñares de la juventud .

Inviernos le dieron nieve a su cabeza ,

surcaron de arrugas su rostro al pasar :

son sus experiencias y su nobleza

y son el tributo que debió pagar .

Venera , muchacho , su cabello cano ,

haz lo más dulce posible su suerte ;

fué niño , fué joven , hoy es anciano ,

y muy pronto dará pago a la muerte.

IVONNE.

 El peneca. Alivio y nostalgia del ser.
En la obra literaria, ya se trate de un género mayor como la novela , o de un género menor como len la revista El peneca , la vida es una ficción , un simulacro en el que aquel vertiginoso desorden se vuelve orden: organización, causa y efecto, fin y principio. La soberanía de una obra literaria no resulta sólo del lenguaje en que está escrita. También, de su sistema temporal, de la manera como discurre en ella la existencia: cuándo se detiene, cuándo se acelera y cuál es la perspectiva cronológica del narrador , del guionista y dibujante para describir ese tiempo inventado. Si entre las palabras y los hechos hay una distancia, entre el tiempo real y el de una ficción hay siempre un abismo. El tiempo literario es un artificio fabricado para conseguir ciertos efectos psicológicos.En el peneca se dan esas transposiciones del tiempo , en él el pasado puede ser posterior al presente -el efecto preceder a la causa , como en ese relato de Alejo Carpentier, Vide a la semilla, que comienza con la muerte de un hombre anciano y continúa hasta su gestación, en el claustro materno; o ser sólo pasado remoto que nunca llega a disolverse en el pasado pr6ximo desde el que narra el narrador, como en la mayoría de las novelas clásicas; o ser eterno presente sin pasado ni futuro, como en las ficciones de Samuel Beckett; o un laberinto en que pasado, presente y futuro coexisten, anulándose, como en El sonido y la furia, de Faulkner..Las historias literarias tienen principio y fin y, aun en las más informes y espasmódicas, la vida adopta un sentido que podemos percibir porque ellas nos ofrecen una perspectiva que la vida verdadera, en la que estamos inmersos, siempre nos niega. Ese orden es invención, un añadido del escritor , simulador que aparenta recrear la vida cuando en verdad la rectifica. A veces sutil, a veces brutalmente.Esa es la verdad que expresan las mentiras de las ficciones: las mentiras que somos, las que nos consuelan y desagravian de nuestras nostalgias y frustraciones. ¿ Qué confianza podemos prestar, pues, al testimonio de las obras literarias sobre la sociedad que las produjo? Eran esos hombres así? Lo eran, en el sentido de que así querían ser, de que así se veían amar, sufrir y gozar. Esas mentiras no documentan sus vidas sino los demonios que las soliviantaron, los sueños en que se embriagaban para que la vida que vivían fuera más llevadera. Una época no está poblada únicamente de seres de carne y hueso; también, de los fantasmas en que estos seres se mudan para romper las barreras que los limitan y los frustran. Las mentiras de las novelas no son nunca gratuitas.
MARIO VARGAS LLOSA

Santiago de Chile , 21-IX-1946

Cortesía del señor Elías Luna.

Muchas gracias.

Santiago de Chile , 24-VIII-1946

Cortesía del señor Elías Luna

Santiago de Chile ; 15-VI-1946
Cortesía del señor Elías Luna.
Muchas gracias.

Lautaro permaneció inmóvil . Sentía la invalidez de su brazo y de todo el costado izquierdo de su cuerpo . La sangre manaba , caliente y espesa , mezclándose con la tierra húmeda . El herido cerró los ojos , sintiendo sobre sus párpados la suave luminosidad de las estrellas .
Aquella noche tan antigua estaba cargada con la fragancia de los naranjos . Lautaro sintió que su conciencia se diluía en un pesado letargo . Pero , en aquel instante , una mano pequeña y suave se detuvo sobre su pecho y rozó después su frente. El joven indio sintió que era acariciado por primera vez en su vida . La piadosa mano se deslizó por sus cabellos en un gesto de ternura y luego presionó contra la herida una tela suave y absorbente que contuvo la sangre .

Santiago de Chile , 4-Mayo-1946

Cortesía del señor Elías Luna. Muchas gracias.


Caminar sobre alfombras doradas ,

entre nubes de polvo rojizo .

Los cabellos al viento tendidos ,

bajo un cielo color de jacinto.

Caminar sobre senderos de otoño ,

sobre musgos de bronce teñidos ,

las pupilas tranquilas de ensueño ,

aflorando un poema bendito.

Escuchar aquel dulce gemido ,

esa queja crujiente, angustiosa,

Santiago de Chile, 13-IV-1946
Cortesía del señor Elías Luna.

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