El peneca Zig Zag nº 1830
El penecaZig Zag nº 1830.
Cortesía de Elías Luna (Chile)
Santiago de Chile, 8 de Enero de 1944
El peneca y la pureza de la intención primera.
La creación literaria del escritor y guionista de El peneca comienza con una decoración abstracta, difusa, un trabajo puramente imaginativo y agradable aplicado tan sólo a lo irreal, a lo no existente. Esta es la primera etapa.
La vida que fluye en la naturaleza, entra en su mente , al principio invitada, curiosa , y luego queda fascinada por esa nueva maravilla, solicita su entrada en el círculo encantado. El escritor acoge a la vida como una madre en el regazo de su hijo lloroso, toma a la vida entre sus materiales toscos, la crea de nuevo y la vuelve a modelar en nuevas formas, y con una absoluta indiferencia por los hechos, inventa, imagina, sueña y conserva entre ella y la realidad la infranqueable barrera del bello estilo, del método decorativo o ideal.
La tercera etapa se inicia cuando la vida que nos rodea, sea animada o inerte, predomina y arroja la obra literaria como lo es El peneca al desierto, al polvo al olvido. De ahí la verdadera decadencia que sufrimos actualmente. Valoramos lo cultural en la medida que nos sirve como herramienta, catapulta para el hedonismo, la satisfacción material, la comodidad personal e individualismo. La literatura es un fin, el camino hacia la verdadera libertad, la auténtica libertad. Y esto es lo que no se entiende.
El valor literario de El peneca es que no ha sido contaminado, manipulado. Mantiene a lo largo de sus años la pureza del objetivo primigenio : hacer libres a las personas a través de la cultura.
A lo largo de la historia muchas tendencias iniciales en el arte y en al religión han sido modificadas y enmascaradas para otros fines, y en consecuencia , mancilladas, cubiertas de falsedad interesada.
Tomemos el caso del dogma inglés. Al principio, en manos de los frailes, el arte dramático fue abstracto, decorativo, mitológico. Después fue manipulado,, y utilizando algunas de sus formas exteriores se creó una raza de seres absolutamente nuevos, cuyos dolores fueron más terribles que ningún dolor humano y cuyas alegrías fueron más ardientes que las de un amante. Seres que poseían la rabia de los Titanes y la serenidad de los dioses, monstruosos y maravillosos pecadas, virtudes monstruosas y maravillosas. Un nuevo lenguaje diferente a aquel lenguaje inicial, ordinario, sonoro, musical, dulcemente rimado, magnífico.
Muchas gracias, Elías Luna,
Adapatación de Hasieran para El peneca en base a un texto de Oscar Wilde.
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